En Cancún: Contra los subsidios agrícolas

Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras del Ecuador (FENOCIN)

Boletín de prensa

Quito, 9 de septiembre de 2003

 

La Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras, FENOCIN, durante los Foros y Actividades Alternativos frente a la cumbre de la Organización Mundial de Comercio, q ue paralelamente se está realizando en Cancún, hizo llegar su voz de protesta para oponerse a los subsidios agrícolas de las grandes potencias como Estados Unidos, Comunidad Europea, Japón, que generan una desleal competencia agrícola.

El Presidente de la FENOCIN, Pedro de la Cruz, en un mensaje dirigido a las organizaciones campesinas del mundo de la cual es parte como La Vía Campesina y Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, CLOC, puntualizó que el acuerdo sobre agricultura sirve a los intereses de las corporaciones transnacionales que son apoyadas por sus gobiernos. La Unión Europea y los Estados Unidos forzaron reglas que les permitan continuar con la práctica del dumping de sus excedentes a precios bajos que destruyen los mercados internos-locales de los cuales dependen los pequeños campesinos; mientras tanto países importadores son obligados a reducir sus aranceles y a eliminar la protección a su agricultura que aún exi stía, violando así el derecho de los pueblos a la soberanía alimentaria.

Pedro de la Cruz, dijo que el tema agrícola es sumamente frágil y por tanto los países poderosos deben eliminar los subsidios, pues la integración debe sustentarse en los principios de la solidaridad, complementariedad y convergencia y no dar paso a la competencia desleal entre países ricos y pobres en especial en el tema agrícola, en donde se está destruyendo a los pequeños productores e incluso los grandes agricultores ya están sintiendo los impactos del ingreso de productos agrícolas a menor precio que la producción nacional.

El dirigente de la FENOCIN, dijo que el principal objetivo de la OMC, es precisamente la liberalización de la agricultura, para destruir al pequeño agricultor, empeorar las condiciones de vida de la población y generando a nivel mundial el hambre, el desempleo, la pobreza y la desigualdad.

Puntualizó que la caída de los precios agrícolas no ha beneficiado a los consumidores, pero si es una amenaza para la sobre vivencia de los campesinos y pequeños productores.

Finalmente, Pedro de la Cruz denunció que las corporaciones transnacionales aumentan su control sobre el comercio agrícola mundial, inundan los mercados con productos agrícolas y alimentos a precios menores a sus costos de producción, atentan contra la soberanía alimentaria, se adueñan de los recursos biológicos y del conocimiento asociado de los productores locales y de las comunidades nativas, a través de derechos de propiedad intelectual y patentes.

 

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