Quito, 9 de mayo de 2007
El protocolo de Kyoto ha fracasado. Los países con obligaciones de hacer reducciones de emisiones con efecto invernadero hacen poco, y lo poco que hacen, lo hacen mal... El Comercio de Emisiones, los Mecanismos de Desarrollo Limpio o la implementación conjunta, son formulas que no afectan a la industria petrolera, principal responsable del calentamiento global. Buscan trasladar las responsabilidades y los impactos al Sur del mundo, creando nuevas amenazas para los pueblos: territorios ocupados por plantaciones, tierras hipotecadas a transnacionales de la conservación, cuando no a empresas, desplazamientos y expropiación, bosques entregados a empresas privadas, áreas protegidas privatizadas....
El mercado de emisiones supone en la practica un subsidio a las empresas contaminadores y un estimulo a los países altamente consumidores, a mantener su modelo. A lo que se suma que la mayoría de proyectos desarrollándose bajo el esquema de Kyoto tienen falsas y no verificables reducciones de emisiones.
Las emisiones con efecto invernadero se deben quema de petróleo. Por ello, toda operación petrolera tiene un deuda con el clima. La principal amenaza petrolera en el Ecuador es el proyecto ITT (Ishpingo, Tambacocha, Tiputini), con cerca de 1.000 millones de barriles es decir 440 millones de toneladas de carbono adicionales que irían a parar a la atmósfera [1] .
Pero hay un problema adicional. El ITT está localizado en un área protegida, reserva de la biosfera y territorio indígena, el Yasuní. El Parque Yasuní, ubicado en la Región Amazónica Ecuatoriana, en las provincias de Orellana y Pastaza, es la región de mayor diversidad biológica del mundo [2] . Sólo dentro de una hectárea del Yasuní se han encontrado 644 especies de árboles. Para poner este número en perspectiva, hay tantas especies de árboles y arbustos en una hectárea del Yasuní como existen árboles nativos para toda América del Norte, estimado en 680 especies. El Yasuní posee varios récords mundiales en materia de diversidad.
Si hay algo claro en la Amazonía es la relación de los bosques, el agua y el clima. Y la profunda contradicción con el petróleo. Los bosques maduros, con la mayor superficie vegetal por unidad de área, al capturar el agua mantienen el equilibrio del ecosistema y la temperatura local. Los bosques tropicales absorben gran cantidad de radiación solar, provocan el surgimiento de nubes que reflejan la energía solar hacia el espacio exterior, efecto fundamental en el control del calentamiento climático.
En la Amazonía es además clara la relación de los pueblos indígenas, territorios y biodiversidad. Son los pueblos indígenas los que han conservado y cultivado la biodiversidad. EL Yasuní es Territorio del pueblo Huaorani. Este pueblo, guerrero, cazador y recolector, ha conservado la región. Aun en la actualidad viven allí dos clanes de este pueblo que viven en aislamiento voluntario y para cuya sobrevivencia, es fundamental no intervenir su territorio. Igualmente surge como contradicción el petróleo. El proyecto ITT supondría un acto de genocidio frente a los pueblos en aislamiento voluntario. Supondría la destrucción del área más biodiversa del mundo y colocaría
El mundo consumió durante el 2005 alrededor de 82,5 millones de barriles diarios de petróleo, todo el petróleo del ITT equivale a lo que el mundo consume en poco menos de 12 días, sin embargo serán necesarios más de 20 años de explotación petrolera, la apertura de por lo menos 130 pozos cuya sola apertura significará el equivalente a 13.000 volquetas de 5 m3 cada una, con residuos tóxicos sólidos, más 65.000 volquetas de desechos tóxicos líquidos. Pero estas son cifras sólo de la apertura de pozos, una vez que se empiece a extraer crudo, este sale a a la superficie con aguas de producción, tóxicas, saladas y calientes. Por 1 barril de petróleo saldrían 9 barriles de aguas tóxicas. Esto significa que durante la extracción del crudo del ITT, el equivalente a 1,5 millones de piscinas olímpicas con aguas tóxicas serían derramadas en un paraíso como el Yasuní [3].
El Presidente de la República Rafael Correa y su Ministro de Energía Alberto Acosta, acogieron la propuesta de no explotar este campo por el triple objetivo de protección de los derechos de los pueblos indígenas, conservación de la biodiversidad y control de los cambios climáticos, pero demandan una compensación por el 50% de lo que el Estado ganaría en caso de explotar el campo, como compensación, basados en la responsabilidad diferenciada en relación al cambio climático.
Ecuador asume la política de no extraer el crudo del ITT por propio interés, pero también es justo reconocer la responsabilidad diferenciada en relación a las acciones para enfrentar el calentamiento global, por eso resulta legítimo demandar una compensación.
A nivel internacional un planteamiento como este permitirá transformar la lógica internacional en relación al calentamiento global. En Kyoto no se evitaron acciones evasivas y perjudiciales para nuestro país, como son los servicios ambientales y el comercio de emisiones, que en lugar de soluciones saben a una nueva estrategia de colonización del espacio. Desde Quito, llamada luz de América por el primer grito de independencia, impulsamos acciones que enfrenten el corazón del problema, y reiterar la voluntad de independencia y soberanía a toda forma de colonización.
Esperanza Martínez
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