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Jóvenes indígenas ecuatorianos humillados por el ejército colombianos. Carta abierta al Ministro de Relaciones Exteriores

Organizaciones de DDHH

Quito, 13 de octubre de 2005

Señor Doctor Francisco Carrión
Ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador

De nuestras consideraciones:

Reciba un atento saludo de las organizaciones que trabajamos por la defensa de los derechos de las juventudes y de los derechos humanos en nuestro país. Por medio de la presente queremos expresar nuestra más enérgica condena y rechazo frente a la agresión y humillación perpetrada contra 16 jóvenes indígenas kichwas del pueblo Otavalo, que fueron detenidos y cuyas trenzas fueron cortadas en un cuartel militar del Departamento de Nariño en Colombia.

Rechazamos la actitud discriminatoria contra los jóvenes indígenas agredidos, incluyendo 7 menores de edad, que fueron detenidos y expulsados de Colombia, evidenciando así una visión negativa y prejuiciada que relaciona a los jóvenes con la delincuencia. También rechazamos el racismo evidenciado en este atentado que constituye un acto de provocación, humillación y violación de los derechos humanos de los pueblos originarios del continente. La Constitución de la República del Ecuador establece el respeto a los derechos de los miembros de los pueblos y nacionalidades indígenas, entre ellos el usar símbolos y emblemas que los identifiquen, y es alto deber del Estado el respetar y hacer respetar los derechos humanos y los derechos específicos que protegen a estos pueblos. Por otro lado, la Convención de los Derechos de la Niñez, el Código de la Niñez y la Adolescencia, la Carta de las Naciones Unidas y en particular, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, establecen la obligación de los Estados de promover el respeto universal y efectivo de los derechos humanos y de luchar contra toda forma de discriminación.

Frente a esta situación, pedimos al Ejecutivo que presente al Gobierno colombiano una protesta formal por este hecho y solicite se establezcan las sanciones correspondientes por cuanto dichos actos reflejan discriminación racial, lo cual constituye una grave violación a los derechos colectivos de los pueblos indígenas.

En el marco del respeto de los derechos humanos, también solicitamos que se exija la suspensión inmediata de las fumigaciones con glifosato que realiza el gobierno colombiano en la frontera con Ecuador, que afecta a los y las pobladoras y por supuesto a muchos niños, niñas y jóvenes que nada tienen que ver con el narcotráfico.

Finalmente, expresamos nuestra solidaridad con el pueblo kichwa otavalo y los pueblos y organizaciones indígenas tanto en Ecuador como en Colombia que luchan por la paz, la equidad, la justicia y la soberanía.

Atentamente,

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