Centro Cultural Pacha Callari
Quito, 10 de abril de 2005
El arte, creación de vida...
De cuando acá
- De cuando acá hacer escuchar nuestra propia voz significa que estemos apoyando o conspirando contra alguien.
- De cuando acá los partidos políticos (todos sin excepción) son los únicos elegidos y capaces para convocarnos a nosotros.
- De cuando acá nos parece tan normal que tres delincuentes de corbata regresen al país y se nos rían en la cara.
- De cuando acá tenemos que seguir aguantando el circo de los payasos de siempre.
- De cuando acá nos siguen metiendo el dedo haciéndonos creer que podemos competir con el imperio con tal de salvar la economía de unos pocos a costa del hambre de todos.
- De cuando acá el comercio es más libre que los propios seres humanos.
- De cuando acá, encima de que se nos niega una vida digna, se nos impide sobrevivir.
- De cuando acá nos hemos vuelto tan indolentes al clamor de los demás, por ejemplo: de la vendedora ambulante que le requisan su mercadería sólo porque da mal aspecto a la ciudad.
- De cuando acá permitimos que se nos tache de apáticos, facilistas, quemeimportistas y hasta pendejos.
- De cuando acá nos han castrado la memoria, la creatividad, la dignidad.
- De cuando acá tenemos que ir a los centros de poder para hacer escuchar nuestra voz.
- De cuando acá hemos dejando a los que viven y se enriquecen de la política, que decidan por nosotros o que nos den protestando.
- De cuando acá dedicar una hora o dos a gritar nuestra verdad es una pérdida de tiempo.
Quién ha dicho
- Que la única manera de protestar sea tirando piedras, profiriendo insultos, bloqueando calles, quemando llantas, rompiendo vidrios.
- Que no es posible buscar formas nuevas y creativas de lucha y protesta popular.
- Que los choferes no puedan entre otras cosas: pitar en contra o favor de una opción coherente, pegar afiches, consignas, leyendas en sus parabrisas haciendo conocer su posición o simplemente, colocar una bandera tricolor en un lugar visible.
- Que los comerciantes no puedan abrir el debate con sus clientes, cerrar por una hora o dos sus negocios, colocar consignas, leyendas o la bandera tricolor en lugares visibles.
- Que los jóvenes no puedan reunirse a hacer deporte mientras escuchan música con contenido o música protesta en cualquier género: folclore, rock, rap, etc.
- Que todos los jóvenes sean sólamente, esos irrespetuosos, indisciplinados, mal hablados, viciosos, indiferentes, que, sin embargo, tienen el mayor mérito de ser los únicos dispuestos a romper la formalidad de los esquemas impuestos. Acaso no merecen otra oportunidad.
- Que toda la gente no pueda salir a cantar canciones con contenido o de protesta en las esquinas, parques o plazas. De seguro hay muchos artistas en cada barrio y vecinos que esten dispuestos a escucharlos.
- Que no sea posible armar en nuestros barrios pequeños festivales de danza, música, concursos de pintura, de dibujo, de poesía, etc; con temas como: "Cómo mejorar nuestro país".
- Que no podamos hacer silencio por un minuto, vestirnos de negro, ondear nuestra tricolor a media asta.
- Que sea tan difícil abrir espacios de tertulia en nuestras casas, calles, esquinas, plazas, parques, proponiéndonos escuchar todas las voces con respeto, o sea darles ejemplo de democracia a los "idiotas de la patria".
- Que seamos tan flojos como para no organizar videoforos, para ver por lo menos una película de contenido social, utilizando las casas barriales, los salones de actos, las casas comunales, etc, propociando la participación de todos.
- Que no les brindemos a los más pequeños, a los jóvenes, a la tercera edad, a las mujeres, a los discapacitados su rol protagónico en estas actividades.
- Quién ha dicho que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón, dice Fito Paez y tiene razón.
Y por esta razón
- Nos autoconvocamos a permanecer, no en vigilia de espera, sino de acción, proponiendo y ejecutando no sólo éstas sino muchísimas más posibilidades de protesta pacífica.
- Nos autoconvocamos a participar activamente en el paro del 13 de abril, no porque no nos quede de otra, sino porque tenemos la convicción que nuestros hijos, nietos, merecen un barrio, una ciudad, un país MEJOR y para todos. Debemos pues, empezar ahora con ese cambio, haciendo resucitar la voz del pueblo.
- Nos autoconvocamos todos los artistas populares del sur a tomarnos las plazas y parques del sur de Quito, para hacer escuchar nuestra voz a través de nuestro arte popular: de la danza, la música, el teatro, la pintura...
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