Quito, 22 de febrero de 2008
La ministra Marcela Aguiñaga presentó un informe del caso. Un testimonio recogido por ambientalistas señala que sí hubo una agresión de los madereros.
La ministra del Ambiente, Marcela Aguiñaga, ratificó que en la inspección realizada en el río Shiripuno, entre el 13 y el 16 de febrero, no se encontró evidencia de violencia producida en contra de indígenas tagaeri-taromenane.
La Secretaria de Estado se pronunció frente a las versiones emitidas por medios de comunicación escritos, en el sentido de que el 6 de febrero se habría producido una supuesta matanza de integrantes de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario.
El 13 de febrero, la IV División de Ejército Amazonas y la Administración del Yasuní sobrevolaron el río Shiripuno. No hallaron evidencias de enfrentamientos.
Guillermo Riera aseguró que las lanzas que encontró fueron abandonadas mientras se encontraban de pesca.
Según Acción Ecológica, el Gobierno no cumplió con la oferta de proteger la zona intangible. Además, de exterminar la codicia como forma de vida, la depredación como servicio a empresas madereras de la zona
.
Al mismo tiempo, los organismos de defensa del medio ambiente ratificaron los hechos, según ellos, sucedidos el 6 de febrero del 2008 y constatados por un equipo de cinco personas, entre quienes se encontraba Natalia Bonilla, de Acción Ecológica.
Entre los acontecimientos que aseguran que se produjeron se resalta la presencia de madereros saliendo con cedro por el puente del río Shiripuno, por la vía Auca.
Además, destacan el testimonio de un habitante de la comunidad de Boanamo, conocido como El Oso, quien relató a jóvenes indígenas que ocurrió un enfrentamiento entre madereros y tagaeri-taromenane. Los madereros habrían matado con escopetas a cinco indígenas en aislamiento voluntario, en la zona intangible.
Esos hombres habrían tomado las lanzas y abandonado inmediatamente el área. Luego llevaron esas armas ocultas y las entregaron a un maderero que vive en la vía Auca. No obstante, los militares de la IV División del Ejército Amazonas, integrantes de la Policía y funcionarios del Ministerio del Ambiente, que fueron a la zona la semana pasada, solo pudieron comprobar la existencia de unas lanzas encontradas por Guillermo Riera y otras tres personas en un campamento, ubicado en las coordenadas 0322664 E y 9870212N, del río Shiripuno.
Cuatro de las siete lanzas halladas estaban en manos de la familia de Manuel Kawilla, jefe de la comunidad de Ñoneno. El hombre dijo que un chapuca (maderero) le entregó las pertenencias de los tagaeri-taromenane.
Para devolver esos objetos, el indígena puso como condición que se le entreguen USD 200.
Según Riera, en ese lugar no se encontró a ninguna persona. Posteriormente, a una distancia de 1,5 kilómetros, siguiendo el curso del río, los madereros inspeccionaron otro campamento construido por madereros de la zona.
Precisamente, por la evidencia de explotación de madera y la inexistencia de puestos de control de circulación de madera, Acción Ecológica reclamó más control.
Pese a que existen medidas cautelares para la protección de los pueblos en aislamiento voluntario, hasta la fecha no se han implementado efectivamente, aunque los planes están escritos
, se quejan los ambientalistas.
Aguiñaga aceptó que persiste la actividad maderera en la zona y, para evitar más daños al ambiente, recomendó el despliegue de control urgente en la zona y el inicio de acciones legales en contra de los traficantes de madera.
El martes pasado, los indígenas huaoranis de la comunidad de Bameno retornaron a su comuna. Su misión fue patrullar las zonas a las cuales no llegó la comisión enviada por el Gobierno.
Seguiremos buscando, los taromenane no dejan sus lanzas botadas
, dijo Penti Baihua, coordinador de los huaoranis de la zona intangible. Cuatro indígenas más lo acompañaron en el patrullaje.
Penti añadió que pedirá a los comuneros de Boanamo realizar operativos conjuntos en busca de los cuerpos. No iremos muy adentro porque no queremos contactar a los taromenane, pero estaremos en el Cononaco Chico
. También querían ir a antiguos campamentos madereros, ubicados a orillas del río Shiripuno.
Al patrullaje se sumará el control del ingreso de madereros a la zona. Avisaremos a las autoridades si encontramos campamentos madereros
, señaló Penti. Para acceder a las comunidades de Bameno y Boanamo hay que navegar 17 horas.
[fuente]
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