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Ecuador enfrenta una disyuntiva en la explotación de sus reservas petroleras

Alexandra Valencia

Reuters

Quito, 19 de abril de 2007

Ecuador reiteró su voluntad de proteger pueblos indígenas no contactados que habitan en áreas amazónicas ricas en petróleo, pero el respeto de su territorio y derechos ancestrales podría frenar la explotación de sus mayores yacimientos, advirtieron funcionarios.

El país se comprometió a acelerar la delimitación de las zonas intangibles en las que impediría cualquier actividad económica extractiva, incluida la petrolífera, para precautelar la existencia de los Tagaeri y Taromenani, quienes viven en aislamiento voluntario en el área del parque nacional Yasuní.

La definición del territorio de ambos pueblos es un paso vital para la consolidación de la industria hidrocarburífera actualmente en operación, pero representaría un serio escollo para su expansión, más aún cuando el plan gubernamental es detener cualquier amenaza externa a ambos pueblos.

El gobierno se enfrenta a un dilema de conciencia. Las mayores reservas se encuentran en el Parque Yasuní, reconoció a última hora del miércoles el presidente Rafael Correa, tras lanzar un plan para salvaguardar a los Tagaeri y Taromenani, que incluiría a futuro un bloqueo a la actividad petrolera.

La línea que finalmente asuma el país frente a esta problemática social y económica será clave para el desarrollo del megacampo ITT, que alberga unos 1.000 millones de barriles de crudo, y de las concesiones de compañías como la brasileña Petrobras, la española Repsol-YPF y la china Andes Petroleum.

La ausencia de una política oficial frente a los pueblos no contactados ha llevado a las empresas a definir sus propios planes para evitar su aniquilación.

En este escenario, el riesgo de un exterminio progresivo continúa latente para los Tagaeri y Taromenani, que desde 1956 han rechazado cualquier contacto, apelando incluso al asesinato de misioneros y a violentos enfrentamientos con otras comunidades con nexos con la civilización occidental.

Las medidas preventivas y punitivas no son suficientes, se requiere una campaña de difusión para que todos sepan que existen y que tienen derechos, dijo Miguel Cabodevilla, un sacerdote capuchino que ha investigado el desarrollo de esos pueblos, al sitio en internet de Petrobras.

Nuevos retos para la industria petrolera

Los Tagaeri y Taromenani suman unas 300 personas agrupadas en dos núcleos diferentes, según investigadores.

La primera luz respecto al accionar de Ecuador será la definición de la suerte del ITT, que se extiende dentro y en la zona de amortiguamiento del parque Yasuní, una de las reservas de biosfera más importantes del mundo, y de las amplias zonas intangibles creadas en 1999 para los dos pueblos.

El interés expresado por diversas compañías internacionales podría verse frustrado si Quito opta por suspender su explotación a cambio de aportes de la comunidad ambientalista internacional para precautelar el ambiente amazónico y sus aportes para frenar fenómenos como el calentamiento global.

Hasta el momento, Ecuador no ha recibido una propuesta oficial en ese sentido. Mientras que empresas como Petrobras, la chilena Enap y Petróleos de Venezuela (PDVSA) ultiman detalles de sus propuestas para obtener la concesión del campo, cuyo desarrollo podría alcanzar los 3.000 millones de dólares dependiendo de sus alcances.

El campo Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT) podría producir unos 100.000 barriles por día (bpd), que se sumarían a los 530.000 bpd que extrae Ecuador.

Una suspensión de la explotación del ITT podría alentar demandas de otras comunidades para una moratoria en la entrega de concesiones o alentar pedidos para que las compañías aporten mayores recursos a programas de infraestructura o económicos.

Lo interesante es sostener represado en ITT porque es una zona de pueblos no contactados y es una zona para disponer de reserva de biosfera en la Amazonía, dijo, por su parte, el ministro de Energía, Alberto Acosta.

[fuente]
http://lta.today.reuters.com/

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