Logo Llacta!

¿Patria soberana o banana republic?

Alberto Acosta

La Insignia

Quito, 18 de octubre de 2006

De acuerdo a datos de un fracasado e incompleto recuento rápido de votos habrá una segunda vuelta en las elecciones presidenciales. El hombre más rico del país, Alvaro Noboa Pontón, se enfrentará con Rafael Correa, uno de los candidatos con menor patrimonio de las últimas décadas. Será una disputa histórica. Chocarán no sólo dos proyectos de gobierno, sino dos visiones de país.

Noboa, propietario de 120 empresas (heredadas en su mayoría), partidario de la privatización de la seguridad social, propone la eliminación del impuesto a la renta y una mayor flexibilización laboral para alentar la llegada de inversiones extranjeras, favoreciendo de paso a su emporio empresarial; Correa, un profesor universitario, que promovió la caducidad del contrato con la Oxy por incumplimiento de la ley, plantea una profunda reforma tributaria para que los que más ganan tributen en mayor proporción; en esa línea de acción, establecería un techo al ingreso presidencial de 30 salarios mínimos vitales, como referencia para fijar los salarios en la administración pública y para, a partir de ese monto, incrementar progresivamente el impuesto a la renta.

Noboa, quien dice "amar a los pobres", en sus bananeras permite el trabajo infantil, mientras sus obreros, que cumplen extenuantes jornadas, están impedidos de sindicalizarse; Correa, por el contrario, propone la eliminación de toda forma de precarización laboral, empezando por la tercerización. Mientras que Correa impulsaría una nueva política económica alrededor de la generación de empleo, Noboa, es fácil anticipar, consolidaría las prácticas clientelares con las que ahora, como candidato, aprovechando de su abultada chequera y de la complicidad del Tribunal Supremo Electoral, reúne votos para su elección. La firma del TLC, la aceptación de la base militar norteamericana en Manta, la ruptura de relaciones con Cuba y Venezuela constituyen los goznes de la sumisión de Noboa frente a los mandatos de Washington; Correa, por el contrario, al rechazar el TLC y la presencia de tropas extranjeras, así como al declararse aliado de la paz y no de la guerra en Colombia, anticipa una participación más activa e independiente del Ecuador en el contexto internacional, que tendría en la integración regional el eje de su gestión externa.

Correa aspira a aglutinar a las fuerzas ciudadanas para llevar adelante una Asamblea Nacional Constituyente; Noboa, que ha cogobernado con sus diputados en casi todos los últimos gobiernos, apenas apunta a introducir, con el apoyo de la partidocracia, un par de reformas de maquillaje para mantener el poder oligárquico, que como nunca antes se encuentra directamente representado por su persona.

Dos concepciones de sociedad están en disputa. Una, la oligárquica, ahondaría la acumulación y explotación sin límites, reencauchando la república bananera. La otra, la ciudadana, busca una sociedad equitativa y solidaria, a construirse democráticamente sobre recuperados márgenes de soberanía.

[fuente]
http://www.lainsignia.org/2006/octubre/ibe_047.htm

Valid XHTML 1.0! Valid CSS!

:: http://www.llacta.org ::