Macas, 4 de octubre de 2006
Ayer, la provincia de Morona Santiago vivió momentos de tensión, incertidumbre e indignación. Hacia las 14h00, la mayoría de las radios locales, que se encontraban en la parte final de sus espacios noticiosos, rompieron su programación regular para dar paso a desesperados llamados de socorro dirigidos a los ciudadanos de Macas. Los campesinos de Jimbitono habían sido y estaban siendo atacados por una fuerza combinada de policías, guardias privados de C & S Siprev Cia. Ltda. y obreros de Sipetrol S. A. Inmediatamente, se generó en Macas una enorme movilización social que se dirigió a toda máquina hacia la comunidad de Jimbitono, a 10 kilómetros de la ciudad.
Un grupo de aproximadamente veinte personas, entre niños, mujeres, jóvenes, madres gestantes y hombres, que hacía guardia en uno de los accesos a la represa de la hidroeléctrica privada Hidroabanico S. A., enfrentó una embestida cuando se alistaba para el almuerzo comunitario (a lo largo de esta lucha, los obreros de Sipetrol S. A., incluido Marcelo Castelo, uno de sus más caprichosos capataces, han sido convidados por la comunidad varias veces).
La tiendita improvisada, ubicada en el borde de la vía y bajo la cual estaban cobijados los comuneros, fue destruida, y junto con ella sus utensilios. El terror de los niños, la angustia de las mujeres y la indignación de los varones llegaron a las lágrimas y así se expresaron a través de los medios de comunicación cuando éstos tomaron contacto con los agredidos.
Uno de los policías asaltantes aseveró tener disposición de desalojarlos. Sin embargo, hasta la noche ninguna autoridad policíaca había emitido una explicación sobre el origen de dicha disposición. El gobernador de la provincia, Joaquín Estrella Velín, ampliamente desacreditado por sus limitaciones y por defender los intereses de la hidroeléctrica privada, ha destacado nítidamente por su ausencia, y la exigencia de renuncia en Morona Santiago es ya generalizada.
Uno de los más golpeados fue el dirigente César Cajilema, quien movido por su determinación de defender a los suyos, se interpuso delante de la banda represora, reclamando el derecho que les asistía de protestar pacíficamente en la vía pública e impedir la continuación de las obras. Le infligieron maltratos físicos y rasgaron sus vestiduras, al tiempo que los obreros afirmaban que esa vía también había sido comprada por Sipetrol S. A.
A Ramiro Ríos, un joven oriundo de Macas que ha acompañado la lucha de sol a sombra, le requisaron el teléfono celular, donde guardaba fotografías y videos de los últimos acontecimientos de la lucha. Fue necesaria una fuerte reacción de las aguerridas mujeres de Jimbitono, lideradas por doña Marujita Chacha, para que los efectivos policíacos le devolvieran el aparato, aunque con toda la información borrada.
Según estimaciones conservadoras, esta fuerza combinada de policías, guardias privados y obreros, que se abalanzó sobre los campesinos, era unos 150 hombres, todos ellos armados. Los guardias de C & S Siprev Cia. Ltda., además de portar armas de fuego, se habían cubierto el rostro con pasamontañas o camisetas, en tanto que los obreros de Sipetrol S. A. llevaban en sus manos tubos de metal y palos espinados con clavos.
Hernán Flores, el inexperto gerente general de Hidroabanico S. A. (28 años), cuando se desarrollaban los hechos, defendía la legalidad de las acciones de sus patrones en una de las radios locales. Sus afirmaciones sólo lograron aumentar la ola de indignación, dado que los ilícitos de la hidroeléctrica privada, que van desde el forjamiento de documentos públicos hasta los intentos de soborno, pasando por el fraude y el allanamiento de domicilios, han sido demostrados fehacientemente.
La naturaleza de Hidroabanico S. A. quedó definitivamente evidenciada la semana anterior, cuando Ángel Calle, jefe de la Agencia de Aguas del Austro, con jurisdicción en Morona Santiago, declaró que la hidroeléctrica privada no posee la concesión de las aguas que usan y usufructúan.
Tras los llamados de socorro, los periodistas de la ciudad se pusieron de inmediato en marcha hacia el lugar de los hechos e iniciaron coberturas en directo. En el momento en que éstos se aproximaban a la zona donde Sipetrol S. A. desarrolla las obras sin consideración para con la pacífica resistencia de este pueblo, venía carretera abajo un grupo de mujeres, dos de ellas con guaguas de pecho, en estado de conmoción, huyendo de los gases lacrimógenos. Por sus clamores, los periodistas se enteraron de que las fuerzas policíacas habían disparado las bombas hacia los cuerpos de los campesinos.
Al momento, se vivieron minutos de angustia, porque se escucharon varios disparos. Horas más tarde, Humberto Tello, defensor del Pueblo de Morona Santiago, recogió seis casquillos de bala, junto a otras evidencias tales como garrotes de metal y armas arrojadizas hechas de clavos cruzados de la casilla de guardia de C & S Siprev Cia. Ltda. Una vez que ésta fue abandonada, la indignación del pueblo le prendió fuego.
Un grupo de empleados municipales, que se trasladaba a la zona, liberó a Geovani Hernández, presidente de Jimbitono, de las manos de media docena de efectivos policíacos, que se lo llevaban detenido por manejar sin licencia, según declararon. En medio de los reclamos, Norma Jaramillo, una empleada municipal de ancestros macabeos, fue agredida por uno de los uniformados.
Conforme avanzaban los minutos, las fuerzas policíacas fueron reforzadas hasta completar un medio centenar de efectivos, incluidos personal de tropa y oficiales.
Hacia las cuatro de la tarde, había un medio millar de personas y el ambiente se había sosegado. Entonces, se presentó la ocasión de realizar una asamblea al aire libre. Don Oswaldo Chacha, presidente de la Junta Parroquial de General Proaño, condenó enérgicamente la injustificada represión, lanzó interrogantes sobre la identidad de los guardias privados de C & S Siprev Cia. Ltda. y reclamó la renuncia inmediata del gobernador de la provincia, Joaquín Estrella Velín.
Geovani Hernández, tras hacer un recuento de la jornada, aclaró que Sipetrol S. A. ha contratado un grupo de trabajadores que utiliza como fuerza de provocación. Han contratado una especie de sicarios, trabajan pero también agraden
, informó. Su camioneta Chevrolet del 82, que ha servido fielmente a la causa, perdió su parabrisas en medio de la ofensiva.
En torno al tema, las radios locales han denunciado que durante las últimas semanas, Sipetrol S. A. han incrementado sus esfuerzos divisionistas. Ha contratado a decenas de campesinos pertenecientes a comunidades vecinas y ha realizado ofrecimientos a escuelas y colegios de toda el área. Al colegio 27 de Febrero de la ciudad de Macas, le prometió cinco computadoras a cambio de que cancele una marcha de protesta.
En la asamblea, la ciudad de Macas, por medio de sus organizaciones populares y movimientos sociales, asumió enteramente la lucha, dado que los 15 metros cúbicos de agua que la hidroeléctrica privada pretende trasvasar desde el río Abanico al río Jurumbaino, adyacente a la urbe, socavará cuatro de sus barrios y el aeropuerto. Actualmente, usa ilegalmente 5 metros cúbicos y los 15,1 megavatios que genera los vende a las corporaciones transnacionales Coca-Cola y KFC, asentadas en Guayaquil.
Tras breves deliberaciones, los asambleístas, acordaron reforzar a los campesinos de Jimbitono, en la zona de obras y realizar a las 14h30 del día de hoy una manifestación en Macas, que se dirigirá desde el parque central hasta la gobernación.
En horas de la noche, un grupo de hermanos de la Renovación Carismática, acompañados por el Padre Juan de la Cruz Rivadeneira, realizó una procesión desde la Escuela Quisquis de Jimbitono hasta el puesto de la guardia popular. El centro de esta manifestación religiosa fue el rezo del rosario, dedicado a la Virgen Purísima de Macas, símbolo de la defensa de la tierra. Una vez llegados, con una roca como altar, el Padre Juanito celebró la eucaristía al aire libre. Agradezcamos al Señor por esta lucha por la vida
, dijo en la homilía. Eran aproximadamente las 22h00 cuando terminó. Los comuneros, robustecidos por la gente de Macas, se quedaron en ese lugar defendiendo su territorio toda la noche, tal como lo han venido haciendo desde hace varias semanas.
[fuente]
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