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Los refugiados colombianos en el Ecuador necesitan más asistencia

Adital

Quito, 4 de octubre de 2006

Aunque en Ecuador existen alrededor de 14.000 refugiados y solicitantes de asilo colombianos registrados, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) estima que unos 250.000 colombianos en el país podrían requerir la asistencia de la agencia. Muchos de los que escapan de la violencia en Colombia y cruzan la permeable frontera no solicitan la documentación pertinente, bien porque tienen miedo a hacerlo o porque no saben cómo.

Es el ejemplo de Jané, que durante el último año, el temor ha sido su compañero inseparable. En su Colombia natal ha sido testigo del asesinato de su padre y de su marido perpetrado por un grupo armado irregular. La mujer, aterrorizada, huyó al vecino Ecuador con sus cuatro hijos.

Desde que llegó a Lurimagua, pueblo situado a unos 40 kilómetros al sur de la frontera, ha vivido con el temor de ser detenida por carecer de documentos. Y Jané no es la única que se encuentra en esta situación.

Sin la documentación en regla, este colectivo no puede ejercer muchos de sus derechos, tales como el derecho al trabajo y a beneficiarse de servicios sociales, como por ejemplo, la atención sanitaria.

Por suerte, las cosas han comenzado a cambiar para esta familia. Cuando Jané llegó a Ecuador desconocía que podía beneficiarse de la protección internacional, pero lo supo hace poco por ESQUEL, una organización no gubernamental ecuatoriana, que le informó de que podía solicitar asilo.

Desde mayo, ACNUR y ESQUEL han visitado comunidades en lugares remotos como la de Lurimagua, para identificar a potenciales solicitantes de asilo e informarles de su derecho a pedirlo. En el momento en que ACNUR registra la petición, los solicitantes de asilo pueden obtener documentación provisional, que les da derecho a permanecer en el país y a utilizar los servicios públicos.

Las comunidades locales de la frontera norte de Ecuador demuestran una gran generosidad con los colombianos necesitados. La falta de documentación no impide a los hijos de Jané acudir a la escuela local con otros chicos, ecuatorianos y colombianos. De hecho, la vecina que le ha dejado una pequeña casa de madera, en la que vive actualmente con su familia, también es ecuatoriana.

Sin embargo, la falta de documentación ha obstaculizado seriamente la posibilidad de que Jané encontrara un trabajo –problema compartido muchos de los colombianos no registrados de la región–. Jané ha sobrevivido criando gallinas, limpiando ropa a los vecinos y trabajando en una plantación de cocoteros.

[fuente]
http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=24692

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