Quito, 30 de septiembre de 2006
En la época electoral es cuando se aprecia de mejor manera la deshonestidad intelectual, porque muchos ceden ante la tentación de hacer coincidir supuestas teorías con intereses individuales o de grupo.
Entonces podemos apreciar que hay personas y grupos que adaptan el discurso de acuerdo a sus intereses. Incluso de acuerdo a las encuestas ya que prefieren sumarse a los ganadores, tal vez pensando en algún cargo futuro, y para eso deben cambiar la teoría esbozada previamente pues contradecía la opinión actual.
Así, nos podemos encontrar con personas que en el año 2002, cuando Tintají denunció el proceso de privatización del agua en Quito lo minimizó diciendo que se trataba solo de un estudio, porque apoyaría a Paco Moncayo en las elecciones del mismo año. Incluso cuando algunas voces del periódico apoyaban un voto nulo en las Elecciones para Alcalde, se mostraron contrarios señalando que era necesario fortalecer la candidatura del actual Alcalde. Hoy esas voces, apoyan el voto nulo para diputados como parte de la campaña de un candidato a la presidencia, y atacan a la denominada "partidocracia" como parte de la misma campaña.
Así, nos podemos encontrar con personas que no pudieron llegar a ningún acuerdo para participar en listas para diputados y de un momento a otro se volvieron adictos al voto nulo, para lo cual también elaboraron una teoría. Si hubiesen sido candidatos hubiesen elaborado una teoría diferente.
Así, nos podemos encontrar con personas que dicen estar contra el Congreso y por el voto nulo para diputados en Guayas y Pichincha, que son las provincias de mayor repercusión en los medios de comunicación, mientras en otras provincias hacen campaña por ciertos candidatos a diputados, creyendo que eso no se va a conocer, o que cuando se conozca ya le habrán sacado partido electoral.
Así, nos podemos encontrar con personas que elaboran teorías para atacar a determinado candidato solo porque mantiene un problema personal con ese candidato.
Así, nos podemos encontrar con candidatos, asesores de candidatos, circulo de confianza de candidatos, políticos reencauchados, "futuros ministros", analistas, encuestadores, financistas de campañas y un sin fin de personajes, con trayectorias demasiado torcidas como para enderezarlas a través de las elecciones. Podemos encontrarnos con gente que se encarga de elaborar rumores para favorecerse de los mismos. Podemos encontrarnos con fanescas electorales que intentan un discurso coherente a través de su candidato, pero al final les gana la ambigüedad, porque es imposible la coherencia. Podemos encontrarnos con tantos cuentos, con tantas teorías hechas y desechas de acuerdo a intereses particulares.
Y todo eso es poco. Podemos encontrarnos con tanta deshonestidad intelectual que provoca en mucha gente cierta repugnancia, ciertas ganas de desvincularse totalmente de la política...
[fuente]
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