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Elecciones 2006: Un poco más claro el panorama

Alejandro Moreano

Quincenario Tintají, #99

Quito, 30 de septiembre de 2006

La gran victoria popular que propició la caducidad del contrato con la OXY y de la suspensión del TLC, gracias a la movilización nacional detonada por el paro de la CONAIE, abrió la posibilidad de construcción de una gran frente político de todas las organizaciones sociales –CONAIE, FUT, Frente Popular, UNE, FENOCIN, sindicatos públicos...– y de las organizaciones políticas progresistas y de izquierda –Pachakutik, Socialismo, MPD, Gente Común, Alianza País...– que canalizara el impulso de esa lucha en la perspectiva de la refundación del Ecuador.

La lucha contrala OXY y el TLC había colocado en el centro de la lucha política los problemas fundamentales del país: la nacionalización de los recursos naturales, el fin de la Base de Manta y el alineamiento del país con la integración sudamericana y la plena soberanía política; la moratoria de la deuda externa, el fin del programa neoliberal y un proyecto de desarrollo y reforma agrícola e industrial y de bienestar social. La constitución de un frente y una candidatura única hubiera potenciado ese programa y obligado a que todas las fuerzas políticas se definan en su torno.

El fracaso de la unidad de la izquierda dejó el campo libre para que las fuerzas de centroderecha –las candidaturas de Roldós, Viteri y Noboa– prosigan la estrategia de confusión y cortina de humo centrada en el debate en programas secundarios, en ofertas clientelares, en la chismografía política, en el escándalo... y que ha estado vigente en las últimas décadas

El ascenso de la candidatura de Correa, gracias a la tesis de la Asamblea Constituyente que recoge el hondo malestar ciudadano en contra de la llamada "partidocracia", ha contrarrestado parcialmente esa tendencia. Al colocarse en el primer lugar de las preferencias electorales, la candidatura de Correa ha promovido algunas de las tesis fundamentales como el fin de la base de Manta, la no suscripción del TLC, incluso la moratoria de la deuda externa.

Empero, ha provocado el fenómeno que siguiera a la caída de Gutiérrez y que pareció llegar a su fin con el paro de la CONAIE en contra de la OXY y el TLC: el ascenso de un sentimiento difuso en contra de la llamada "partidocracia" y de una reforma política que no tiene ningún asidero.

En un artículo anterior había señalado que, junto a la agonía del neoliberalismo y del régimen político que surgiera de los 80, el Ecuador vivía un proceso secundario propio de todo período de cambios: la necesidad de una renovación de las elites. Tal proceso es el que empuja una reforma política por decreto y lo convierte en el centro de la tesis de la Asamblea Constituyente.

¿Cuál es el programade la reforma política? ¿La elección por distritos electorales que en lugar de los caciques provinciales coloque en el congreso a los caciques de barrio, una multitud de Toral Zalameas? Los cambios en el régimen político no se hacen por decretos o normas jurídicas. Son el fruto de la generación de nuevas fuerzas política creadas en las profundidades de la vida social: tal que el MAS de Bolivia. Pero, aún en Bolivia y en Venezuela, si bien derrotado el viejo régimen aun no está desarrollado el nuevo. En el Ecuador, la fundamental reforma política debería ser la formación de un gran frente o partido de todas las fuerzas sociales y políticas que quieren su refundación.

Asamblea Constituyente sí, pero para desmontar el andamiaje neoliberal –privatización del área estatal, tercerizadoras, límites a la sindicalización y al derecho de huelga...–, reafirmar la soberanía económica y política.

El eje de un nuevo gobierno debería ser una radical política económica y de soberanía: en los primeros tres meses, la nacionalización de los recursos naturales, el fin de la base de Manta y del TLC, inicio de una reforma agraria y del uso del agua, renegociación de la deuda externa sobre la base de la moratoria...

La candidatura de Correa, empero, apuntalada en la tesis de la Asamblea Constituyente, ha moderado las tesis fundamentales: no renovación del convenio de la base Manta en el 2009, moratoria de la deuda externa si es necesario, no a la dolarización... De todas maneras, es preferible que Correa pase a la segunda vuelta con claras opciones de triunfo.

La candidatura de Luis Macas no tuvo posibilidades de consolidarse como alternativa de poder no sólo por la exclusión de los grandes medios de comunicación sino porque lamentablemente termino aislada de las otras fuerzas sociales y políticas de izquierda.

La CONAIE y Luis Macas eranlos únicos que no ofrecían resistencia en el seno de la izquierda, ni a Alianza País ni al MPD en sus dos polos. Era la única fuerza capaz de aglutinar a todos en un gran frente. Al final, no se alió con ninguna de ellas, ni siquiera con Gente Común, la más afín.

Empero, la CONAIE sigue siendo la fuerza fundamental del pueblo ecuatoriano, aquella que logró su más importante triunfo en los últimos años. Y Luis Macas, un líder de indudable autoridad política y moral. Mas aún, Macas ha logrado construir un programa radical muy coherente que pone en el tapete los principales problemas del país y sus soluciones.

Una alta votación para la candidatura de Macas es vital para la preservación de esa suerte de fuerza y reserva moral y social del Ecuador que son los pueblos indios, un reconocimiento justo para su lucha, una necesidad para mantener la presión renovadora de cara al futuro, e incluso, en el eventual triunfo de Rafael Correa, para una leal presión popular y una leal defensa frente a posibles maniobras desestabilizadoras del imperio y las oligarquías nativas.

Hay muchas personas que desean votar por Macas pero tienden a votar por Correa en nombre de la necesidad de que pase a la segunda vuelta en lugar de Cintia Viteri o Álvaro Noboa. Correa ya está en la segunda vuelta. De manera que invito a todos ellos a votar por Macas y consolidar así la fuerza política de la izquierda radical y de los pueblos indios.

[fuente]
http://www.tintaji.org/

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