Bolivia, 17 de septiembre de 2006
Luis Maldonado es un indígena quechua que desde hace más de treinta años se encuentra articulando al movimiento indígena ecuatoriano y de Latinoamérica. Ex ministro de Bienestar Social, secretario ejecutivo del Consejo de Desarrollo de las Nacionalidades y Pueblos del Ecuador (Codenpe) y actualmente presidente del Consejo Ejecutivo de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de su país, Maldonado fue constituyente cuando, en 1998, Ecuador recorría el mismo sendero que hoy transita Bolivia: la posibilidad de establecer un Estado sin exclusión ni racismo y con equidad en la distribución de la riqueza mediante una Asamblea Constituyente.
Usted ha llegado a ser ministro de Estado en su país, por lo que sorprende leer declaraciones suyas en sentido de que los indígenas no están preparados para gobernar...
Es necesario hacer una puntualización. Históricamente hemos tenido un proceso de formación y constitución de organizaciones sociales que reclamaban reivindicaciones concretas desde la tradición de la izquierda, de los sindicatos y de la propia Iglesia. Pero ahora vivimos un proceso de emergencia no sólo de los pueblos indígenas, diría yo, sino de la sociedad civil en su conjunto, que emerge como actor político. En los países andinos esta realidad se presenta con una fuerte presencia de los pueblos indígenas. Por ejemplo, en Ecuador los indígenas accedimos al poder en dos ocasiones. Lo hicimos mediante golpe de Estado, cuando el triunvirato, donde había representación de los militares, de los mestizos y también de los indígenas mediante la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Coniae) –el entrevistado se remonta a enero del año 2000 cuando el Ejército, al mando de Lucio Gutiérrez, derrocó a Jamil Mahuad y un triunvirato conformado por el Comandante del Ejército, un representante de la Coniae y un delegado de la sociedad civil se hicieron del poder, que luego fue entregado al vicepresidente Gustavo Noboa– y también lo hicimos mediante elecciones, en alianza entre el movimiento indígena con Lucio Gutiérrez (enero de 2003, cuando Gutiérrez, apoyado por los indígenas y mediante un acuerdo con el Movimiento Pachakutik, brazo político de la Coniae, asumió el poder). El tema es ¿por qué, a pesar de tener tanto poder, en tanto capacidad de plantear propuesta política, no hemos podido sostenerlo? Por la ausencia de cuadros para asumir responsabilidades y por ausencia de un proyecto político nacional, en el que se sume a la sociedad en su conjunto.
¿Esas son las debilidades del movimiento indígena, falta de cuadros y de una propuesta nacional?
En las actuales circunstancias somos una real opción de poder, estamos viviendo un proceso en el que existe la necesidad urgente de iniciar un proceso de formación de cuadros para asumir responsabilidad de gobierno y poder político, y una propuesta que represente a todos los sectores que conviven en la sociedad en nuestros países.
¿Entonces se podría identificar como una tendencia del movimiento indígena el no considerar a otros sectores de la sociedad?
El movimiento indígena ha dado mucho, los aportes de carácter político e ideológico han sido importantes, pero en el gobierno uno se encuentra con que los planteamientos hechos para los pueblos indígenas no son suficientes para responder a una diversidad de culturas y regiones. Existe la necesidad de construcción de una propuesta de sociedad que logre articular todos esos intereses en un marco político, porque el Estado tiene que velar por todos esos intereses. Ahora, no hay que ver sólo las radicalizaciones. Por ejemplo, el problema de la exclusión, la discriminación y el racismo. A pesar de haber sido ministro de Estado, todos los días sufro la discriminación. Todavía hay esa realidad. En Ecuador hay posiciones de derecha como "haga patria, mate un indio" y también hay posiciones extremas entre los indígenas, igual de excluyentes, pero no se debe olvidar que son las posiciones de extremo. Los países latinoamericanos somos sociedades que no dialogamos, reproducimos la imposición, los sectores creemos que tenemos la razón y, por lo tanto, el resto es enemigo. Por eso es necesario encontrar una agenda unificadora.
Pero se puede encontrar una agenda común en un escenario en el que existe tanta polarización, pero, además, ¿tanta desigualdad y una brecha tan grande entre ricos y pobres?
Hay que entender que la responsabilidad es de todos. Se debe buscar una agenda que unifique a los sectores. Hay que lograr lo que se hizo en Chile, por ejemplo, donde a pesar de los problemas y la polarización que incluso llegó a represión y muerte, tuvieron, en un momento dado, que sentarse a discutir.
¿Y se puede hacer una agenda común con sectores que enajenaron los recursos naturales, por ejemplo?
Estos sectores están pagando el costo político que les corresponde. Afortunadamente existen procesos generacionales, no todos los empresarios actúan de la misma forma, no se puede generalizar. Además, ¿cómo podemos reclamar a ciertos sectores que han usufructuado de los recursos de los pueblos si históricamente, desde la Colonia, se constituyeron Estados para saquear esos recursos? Por eso es necesario el cambio de las lógicas coloniales.
¿Y los indígenas bolivianos están en ese camino?
Me pareció muy interesante la propuesta de Evo Morales que plantea la descolonización del pueblo boliviano, ahora hay que desarrollarla de manera más específica. Desilusionaría mucho si se quedara en discurso ¿Cómo se descoloniza una sociedad? Por ejemplo, en el tema de la administración de justicia, con el reconocimiento de los sistemas comunitarios y de la necesidad de control por parte de la sociedad civil.
Ese es un ámbito del actual debate, pero existe otro que, por lo menos en Bolivia, se está tornando más importante y es el de la propiedad de los recursos naturales. ¿Los indígenas deben ser propietarios de los recursos?
Es interesante que se reflexione en nuestros países sobre esos temas. La sola aplicación de los derechos de los pueblos indígenas generaría un proceso revolucionario. La consulta –sobre la explotación de los recursos naturales existentes en los territorios indígenas– es un derecho consagrado y no se ha respetado, y el derecho a la consulta debería ser no sólo para los indígenas sino para todos los ciudadanos.
Existe una propuesta de organizaciones indígenas que plantea que estando en sus territorios, los recursos son de propiedad de los indígenas y eso se debatirá en la Constituyente...
Los constituyentes deben pensar en el país y no pelear sólo por los intereses sectoriales.
El movimiento indígena ahora lucha por toda la nación boliviana.
Ecuador ya ha recorrido este camino y la participación de los indígenas ecuatorianos en ese proceso fue muy importante, sin embargo, los problemas en su país continúan. ¿Fracasó la Constituyente en su país?
La Constituyente ecuatoriana es una de las más avanzadas dentro de Latinoamérica, porque establece que el Estado no otorga derechos sino que los reconoce. Ahora, la construcción del poder popular es un proceso. Es posible que se fracase, la situación de nuestros países se ha vivido por más de 500 años, pero la Constitución ecuatoriana es muy rica y muy importante en cuanto a derechos sociales y políticos. Sin embargo, es contradictoria en el tema económico. Como indígenas dimos énfasis al reconocimiento de nuestros derechos y se descuidó otros aspectos. Bolivia está avanzando en el tema del modelo económico y es muy esperanzador, porque, además, en Ecuador los indígenas éramos el diez por ciento de los constituyentes y en Bolivia son mayoría, entonces, los bolivianos tienen una oportunidad muy importante de obtener consensos nacionales para que esa reforma económica se haga realidad.
[difunde]
Ukhamawa, Red de Noticias Indigenas
[fuente]
http://www.la-epoca.com/verporseccion.php?CIDNUMERO=254&CIDSUPLEMENTO=2&CIDARTICULO=8098
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