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Las denuncias sobre la tala de cedro en el Yasuní se aclaran

Diario El Comercio, edición digital

Quito, 13 de septiembre de 2006

Líder Washington Basurto está inculpado de liderar supuestamente uno de los grupos de madereros dedicados a la tala ilegal del cedro en la Zona Intangible del Parque Nacional Yasuní (PNY), en la provincia de Francisco de Orellana.

Este trabajo lo realiza en complicidad de los líderes indígenas waorani, a través de la suscripción de acuerdos y convenios.

Las denuncias presentadas en la Fiscalía y en la Inspectoría de Trabajo de la provincia, por su ex colaborador, Guilme Andrés Moreira, que sobrevivió al ataque de los tagaeri-taromenane, el pasado 12 de abril, en el sector del río Cononaco, lo ponen en evidencia.

En el documento explica que Basurto, de 46 años, oriundo de Chone, controlaría el trabajo de dos de los 15 grupos de madereros que talan el cedro en zona prohibida. Moreira explicó que, en agosto del año pasado, fue contratado por Basurto para sacar madera del Parque Yasuní.

Por la falta de empleo acepté el trabajo. Pidió que consiguiera tres personas más y así lo hice. Me entregó dinero para comprar alimentos, combustible y entregar un adelanto económico a los jornaleros, señaló Moreira, de 35 años. En su relato señaló que Basurto los transportó en una canoa al interior del Parque Yasuní.

Allí permanecíamos aserrando entre 10 y 12 días. Cuando retornaba Basurto, el cedro estaba cortado y listo para transportarlo en canoa hasta el puente sobre el río Chiripuno. Por cada tablón de 10 pulgadas de ancho y 2,8 metros de largo cancelaba dos dólares.

En el escrito, Moreira explicó que es fácil ingresar a la Zona Intangible, solo se requiere el permiso de los jefes waorani y que los madereros lo conseguían a través de acuerdos con Otovo, Manuel Kahuia y una persona de sobrenombre 'El Oso'. A cambio Basurto les entregaba bombas de agua, motores fuera de borda, comida, viviendas...

Asimismo, Manuel Kahuia, líder de la comuna Waorani de Ñoneno, antes cobraba 0,50 centavos por cada tablón, ahora le pagan 100 dólares por cada embarcación llena con madera.

Según Moreira, a finales de marzo de este año, ingresó nuevamente a la Zona Intangible. Se quedaron unos ocho kilómetros antes de la bocana del río Cononaco, sitio previsto para talar el cedro. Debido a que Basurto cambió los planes, les llevó a uno de los campamentos ubicados en la zona.

Nadie sabía que era el sitio donde Héctor Efraín España, también trabajador de Basurto, murió en agosto del 2005, en un ataque con similares características. Lo supe mientras me recuperaba en el hospital Eugenio Espejo, afirmó este hombre de cabellos rizados.

Recordó que eran las 13:00 del pasado 13 de abril, cuando fueron sorprendidos por los tagaeri-taromenane. Ellos hirieron a Willian Angulo, que murió cinco días después en el hospital Eugenio Espejo de Quito y Moreira quedó mal herido, una lanza le atravesó por las caderas.

En el documento Moreira solicitó al Fiscal que realice las investigaciones y castigue a quienes talan ilegalmente la reserva, porque atentan contra la naturaleza y la vida de las personas.

La explotación

Desde 1979, las 982.000 hectáreas del Parque Nacional Yasuní son un área protegida. Por ello, está prohibida la tala.

En el Chiripuno (Ñoneno) la comercialización del cedro está en manos de Manuel Kaiwa; en la comuna Tiguino, de la familia de Iqui y Bave Ima y en Pindo, de Mingui Awa e Inteca.

15 grupos de madereros colombianos y ecuatorianos talan el cedro en el PNY, especialmente en las zonas de Tiguino y los ríos Cononaco y Chiripuno, territorio Huaorani. Así también, en Pindo.

Los fiscales tienen pocos recursos para indagar

Apilado en los escritorios de la Fiscalía de Orellana reposan dos carpetas con alrededor de cinco denuncias de tala y muertes dentro del Yasuní.

En ella están los documentos sobre la muerte de Héctor Efraín España, ocurrido el pasado 11 de agosto del 2006 y que se le atribuyó el hecho a los tagaeri.

El cuerpo de España fue hallado en el Cononaco con la incrustación de 38 lanzas de 2,50 metros de largo. Desde entonces, la investigación pasó a manos del fiscal de Orellana, Joel Bustos. Sin embargo, el caso no ha avanzado.

Según su hermano Jony, Héctor ingresó a trabajar el pasado 9 de agosto, en la explotación maderera, en el sector denominado Cononaco (río Chiripuno), territorio Waorani, en compañía de su empleador Líder Basurto.

Laboraba desde hace tres años con Basurto y le adeudaba dinero, dijo Jony con voz entrecortada, mientras enseña la cédula de identidad de su hermano y una de las lanzas con que le victimaron.

Así también, en la Fiscalía reposan más denuncias presentadas por Alonso Jaramillo, responsable del Parque Nacional Yasuní.

El miércoles 30 de agosto, los guardaparques Jorge Vega y Alexander Figueroa presentaron una nueva denuncia en la Fiscalía.

Esta vez, los habitantes de la comuna Waorani de Ñoneno detuvieron el vehículo en que viajaban los funcionarios y se apoderaron de 60 galones de combustible.

Según Franco Jaramillo, fiscal de Orellana, la denuncia presentada por Moreira, sería una de las más completas para iniciar la instrucción fiscal. Las otras indagaciones no han avanzado por falta de recursos para los fiscales.

Hace falta ubicar las zonas donde se tala el bosque, explicó Jaramillo.

Una audiencia en la Inspectoría del Trabajo

A las 15:00 del miércoles, Basurto participó en la audiencia llamada por Raúl Villarreal, inspector de Trabajo.

En el documento Moreira solicitaba el pago de 2.800 dólares por aserrar 1.400 tablones antes del ataque de los tagaeri.

Basurto indicó que no podía pagar esa cantidad. Según él, sus ingresos le impiden cubrir esa cantidad. Soy pobre, por eso trabajo como aserrador en la reserva.

Además, no supo precisar el tiempo que realiza estas actividades ilícitas dentro de esta área.

El tiempo que desmintió que sea contratista de los trabajadores que ingresan al PNY. Lo único que hago es pagar dos dólares por tablón, dijo, aunque no precisó quién financia la compra.

Según Basurto, tras el embarque la madera es transportada en canoa hasta el puente sobre el río Chiripuno. No sé dónde se vende ni quién la compra, enfatizó Basurto, mientras contestaba las preguntas realizadas por Villarruel.

Pero luego reconoció el contenido de la denuncia de Moreira.

En el acta el maderero se comprometió a cancelar 1.800 dólares en tres pagos. Sin embargo, la esposa de Basurto trajo a su abogado defensor Byron Villacrés, asesor jurídico de la Brigada de Selva Napo y de empresas petroleras.

Villacrés aseguró que el acta no es válida puesto que se firmó bajo presión. El acuerdo no es legal por ello no cancelará esa cantidad de dinero, afirmó Basurto.

Guilme Moreira, en una entrevista con este Diario, dijo que Basurto miente. Él es parte de los 15 grupos de madereros que operan ilegalmente en el Yasuní.

Denunció que Basurto contrata a los trabajadores para talar el cedro y que la madera se lleva en canoa al puente en el río Chiripuno.

[fuente]
http://www.elcomercio.com/noticiaEC.asp?id_noticia=63168&id_seccion=8
http://www.elcomercio.com/noticiaEC.asp?id_noticia=63170&id_seccion=8
http://www.elcomercio.com/noticiaEC.asp?id_noticia=63169&id_seccion=8

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