Quito, 21 de agosto de 2006
En Ecuador creer en las encuestas es como creer en Papá Noel, ya que en los últimos años no han podido acertar sus pronósticos para las elecciones presidenciales y mucho menos para diputados. Sin embargo, más allá de los números de esa desprestigiada y mentirosa herramienta de la lucha electoral, se constata un descreimiento generalizado de gran parte de la población en la institucionalidad, en las elecciones, y en los candidatos y candidat apresidencial inscriptos. Parece que comienza a transformarse en realidad aquel graffiti un tanto soñador de algún joven que decía: Nadie cumple. Nadie Presidente
, ya que la posibilidad de un crecimiento del voto nulo para presidente está latente y podría ser la gran sorpresa electoral.
Hugo Barber de Datanálisis, decía el otro día que no hay ningún entusiasmo en la población. Tal parece que existe un estado de ánimo a nivel de los ecuatorianos y ecuatorianas que contagia pesimismo. Tal vez si el voto no fuera obligatorio el abstencionismo sería altísimo. La gente, que antes no pensaba en el voto nulo porque prefería apostar a ganador, hoy comienza a percibir que votar nulo puede ser una apuesta a ganador porque puede transformarse en un voto de mayoría, porque (de ser muy alta la votación nula) puede transformarse en un hecho político sin precedentes y hasta revolucionario, y porque comienza a percibir que votar por alguien en el que no cree es una traición a sí mismo.
La percepción de la población demuestra que los candidatos que según las encuestas tienen mayores opciones se han ido gastando en una campaña electoral de varios años como León Roldós y Alvaro Noboa, o pertenecen a estructuras o alianzas que huelen a moho como Cinthya Viteri o las instancias que apoyan a Roldós y Noboa.
Sin embargo, el elemento supuestamente renovador que se esperaba de la izquierda, no apareció, porque las estructuras tradicionales de la izquierda también huelen a moho y las que tienen ciertos aires nuevos se enmohecieron en poco tiempo y les faltan ideas que logren quebrar la inercia y poner en el centro del debate los temas fundamentales del país. Pero también han demostrado una incapacidad para lograr mínimos acuerdos de unidad por protagonismos, por errores de cálculo, por intereses particulares o de grupo, por no saber interpretar a los posibles aliados, por no respetar las diferencias, por mala comunicación, por oportunismos, por falta de análisis sobre cómo desarrollar las alianzas, por incapacidad de analizar el momento político y las acciones necesarias para ese momento, o directamente porque quienes deciden en esos sectores son muy burros, demasiado burros. Y de todo esto existe en todos los sectores: desde el más minúsculo hasta el minúsculo más grandecito, desde el más intelectual al más proletario, desde el más civil al más general, desde el más indígena al más mestizo, desde el más bolivariano hasta el más cuentero, desde el más economista al que reprobó matemáticas el semestre pasado, desde el más electorero al más politizado.
Luis Macas. Rafael Correa y Luis Villacís no parecen perfilarse para pasar a la segunda vuelta, a menos que ocurra una sorpresa muy grande y una parte importante de la población perciba a uno de ellos capaz de revolucionar la institucionalidad enmohecida del país, cosa que hasta ahora no parece ocurrir.
La candidatura de Rafael Correa además de estancarse no muestra ninguna proyección hacia el futuro y se leacabaron los elementos que puedan provocar golpes deefectos. El hecho de no presentar candidaturas adiputados es visto como un oportunismo más por lo queno debe esperar que se transforme en un golpe deefecto. Sobre todo después de ver a Rafael Correa promoviendo la lista de diputados del Partido Socialista en Los Ríos, que es encabezada por una excandidata del PRIAN vinculada a Alianza País. Ante lo que tuvo que declarar que el no está en contra de los futuros diputados sino de los actuales diputados. Sin embargo, antes había dicho que el Congreso era una cloaca y por eso no presentaba candidatos a diputados.
La candidatura de Luis Macas no pudo despegar debido a los problemas internos en Pachakutik, a la intromisión desde las filas de Correa y a la incapacidad de cierta dirigencia para entender el momento político y las acciones necesarias para proyectar una candidatura que podía poner un toque distinto en el panorama pre-electoral. Para proyectarse debe intentar un golpe de efecto muy grande que no se dio a partir del binomio. Tal vez pueda surgir de la construcción de una instancia unitaria que integre a diversos sectores y dirija políticamente la campaña como si se tratara de una verdadera movilización por la Constituyente,contra el TLC que se viene después de las elecciones y por la nacionalización de los recursos naturales; y solo si la CONAIE y Ecuarunari se juegan totalmente en esa gran movilización en alianza con sectores urbanos.
Mientras que la candidatura de Luis Villacís representa solamente la intención del MPD de consolidar cierta votación propia. A los errores por no haber llegado a la unidad y la imagen que se ha desprendido de eso, tanto Macas como Correa suman la conformación de binomios intrascendentes que no les suman proyección más allá de que puedan ser excelentes personas o comprometidas.
Un binomio como Alberto Acosta podría haberle dado a Correa la credibilidad que le falta. Mientras que a Macas, ante la imposibilidad de un binomio trascendente de la Costa que le aporte la diferencia, Eduardo Delgado podría haberle dado la imagen de cierta unidad de izquierda más allá de Pachakutik consolidando su candidatura en la Sierra.
Para tener alguna posibilidad de llegar a la segunda vuelta, tanto Luis Macas como Rafael Correa tendrán que lograr en dos meses una mayor credibilidad que el voto nulo o blanco, algo que hasta el momento no parece vislumbrarse y ellos no parecen darse cuenta.
[fuente]
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