Quito, 24 de junio de 2006
Pensaba que Luis Macas era el mejor candidato presidencial para representar a la izquierda ecuatoriana en las próximas elecciones por su trayectoria, por su capacidad de dirección y organización, por ser la única persona que reunía el consenso de las distintas izquierdas, porque es el mejor representante del mayor y más importante movimiento social, porque la campaña electoral se podía transformar en una gran movilización social por la soberanía como parte de la gran movilización indígena que obligó a la caducidad del contrato con la OXY y que puso en el centro del debate el problema del TLC, porque podría servir para seguir construyendo un proceso de cambio que viene de hace muchos años.
Pensaba que era posible sobreponerse a todo lo negativo que había significado el electoralismo tanto para la izquierda como para el movimiento indígena y se podría superar los grandes y graves errores que cometió la dirección de Pachakutik cuando en lugar de pelear la dirección política de la alianza con Lucio Gutiérrez, se dedicó a pelear puestitos burocráticos antes y después de las elecciones; o ya luego cuando llevaron a la firma del fideicomiso de Aspiazu; o después cuando caminaron atrás de la Izquierda Democrática y el Partido Social Cristiano colocándose del lado de unos de los sectores de poder que se disputaban la carroña del Estado.
Imaginaba que era posible superar la mediocridad del Partido Socialista que solo parece aspirar a su sobrevivencia y en lugar de hacer política juega a la política, entonces puede pasar de Gutiérrez a Roldós y de Roldós a Correa con la rapidez de un rayo, o aliarse con Gutiérrez en sus últimos meses colocándose así del lado del otro sector de poder que se disputaba la carroña del Estado.
Pensaba que era viable superar el sectarismo y el encerramiento en sí mismo del Movimiento Popular Democrático que lo llevó a realizar acciones como la alianza con Gutiérrez en sus últimos meses (similar al Partido Socialista) y lo lleva a olvidar permanentemente la autocrítica de su proceder, aunque eso sea patrimonio de TODA la izquierda ecuatoriana, incluso gran parte de la que no tiene registro electoral.
Imaginaba que la dirección de Pachakutik había madurado y que ciertos dirigentes que llevaron al desastre al Movimiento y que no se alejaron del mismo, habían superado su incapacidad política y su mezquindad para defender solamente intereses personales, primero peleando puestitos con Gutiérrez, luego caminado atrás de la ID y el PSC, más tarde apoyando a Luis Mueckay como Defensor del Pueblo, promovido primero por la ALDHU mediante carta a los diputados en enero de 2003. Pensaba que luego de haber tropezado con tantas piedras y de haber cometido tantos errores, tal vez habían superado sus formas de hacer política, su racismo implícito y explícito, sus intereses personales y de grupito. Pensaba que no volverían a poner sus amarres electorales por encima de la construcción de un proceso y un proyecto de cambio.
Pensaba que Rafael Correa y cierta gente de su entorno, no todos porque algunos tienen un pasado muy cuestionado, aportaban una mirada nueva a la izquierda y tendrían la claridad suficiente para trabajar en la construcción de un verdadero Frente Social y Político junto a Pachakutik y los demás sectores, pero respetando la interna y la diversidad de los distintos movimientos así como la dinámica de una izquierda a la que él era un recién llegado. Y a pesar de saber que le faltaba formación política (es un diamante en bruto dijo confidencialmente alguien de su entorno allá por diciembre de 2005) imaginaba que tenía cierta grandeza para ayudar en el camino de la unidad.
Parece que me equivoqué, no hay cambios en ningún sector de la izquierda ecuatoriana, que cada vez se torna más tradicional y más atomizada. Y lo que es peor, los recién llegados que se dicen diferentes, lamentablemente, están utilizando una metodología similar a la de Lucio Gutiérrez para dividir al movimiento indígena. Rafael Correa y parte de su entorno no solo han utilizado métodos tradicionales de relación política con toda la izquierda diciendo "quien quiere que se me sume" como si fueran la síntesis de algún proceso histórico de cambios, si no que además ha intentado incidir en la interna de Pachakutik con declaraciones bastante tristes como las de su última carta a Luis Macas, que parece una burla al Movimiento Indígena y da muestra de una soberbia y una vanidad, que no es aceptable en nadie, pero mucho menos en una persona que recién empieza a caminar políticamente. "Hemos conocido a través de los medios de comunicación que Pachakutik se encontraría a la espera de que Alianza País ofrezca esta semana una respuesta a su supuesto proyecto para la celebración de elecciones primarias con el objetivo de definir un candidato a la Presidencia de la República por la tendencia de izquierda.
Sin embargo, tengo que informarte de que a Alianza País nunca se le ha comunicado oficialmente una propuesta formal, que carecemos de cualquier documento de procedencia acreditada y que, de hecho, no tenemos constancia de que, efectivamente, desde Pachakutik se haya adoptado alguna resolución en este sentido. En consecuencia, estimado Lucho, lo primero que necesitamos es que nos ratifiques que, efectivamente, es de tu autoría la iniciativa que anuncia la prensa y que la misma cuenta con el respaldo de Pachakutik ya que resulta extraño que primero -el 24 de mayo- se lance tu candidatura a la Presidencia y que sólo 15 días después se propongan elecciones primarias. Para el efecto, tú tienes mis números de teléfono y dispones de la dirección de mi oficina particular y de Alianza País donde puedes hacerme llegar cualquier comunicación", decía Correa en una muestra de pequeñez humana y recurriendo a la mentira, porque él sabía muy bien de la propuesta. Su encargado de prensa se había encargado de reenviarla a todos los medios desde su dirección de correo electrónico.
Correa en este momento está medrando con la actitud de ciertos dirigentes de algún que otro sector de Pachakutik, que apoyan su candidatura porque ¿tal vez han hecho algunos acuerditos electoreros que no quieren perder? ¿Se han distribuido puestos en provincias? Sectores que no tienen ninguna representatividad social ya que incluso están divididos, y por lo tanto no movilizan ni a sus familias, pero copan alguna que otra dirección provincial sin representar a sus bases. Y que se asemejan a aquellos que, según Frei Betto, hicieron de la lucha una profesión en beneficio propio.
En realidad ya no sé si vale la pena que Luis Macas y el Movimiento Indígena se mezclen en un proceso electoral al que la izquierda entra llena de lodo, por no decir de otra cosa. Tal vez lo mejor sea retirarse a tiempo de la campaña electoral, aunque la participación fue una decisión colectiva de Ecuarunari y del Consejo Político de Pachakutik. Y así, con el liderazgo de la CONAIE junto a Ecuarunari y diversos movimientos sociales marquen claramente la distancia de las elecciones en general y de todos los sectores que participan en ellas, porque al fin y al cabo parece tener razón el dicho popular que afirma que "todos son iguales". ¿Qué diferencias substanciales existen entre León Roldós y Rafael Correa?
En estos días, Frei Betto en un artículo periodístico titulado Carta al Che Guevara concluía afirmando: Bendice a todos los que, frente a tantas miserias que debemos erradicar de nuestra existencia, sabemos que no nos queda otra posibilidad que convertir corazones y mentes para revolucionar sociedades y continentes. Sobre todo, bendícenos para que, todos los días, seamos motivados por grandes sentimientos de amor, a modo de tomar el fruto del hombre y de la mujer nuevos
. ¡Qué lejos parece estar la izquierda ecuatoriana de ese desprendimiento!
[fuente]
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