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¿En defensa de la vida?

Javier Ponce

Diario El Universo, edición digital

Guayaquil, 14 de junio de 2006

Ha aparecido en el país, durante las últimas semanas, una trinidad que amenaza con devolvernos a un oscuro pasado de intolerancia y fanatismo.

Componen esta trinidad, sectores de la jerarquía católica, el Partido Social Cristiano y una organización que se autodenomina Provida.

¿Cuál ha sido su último acto?

Le ha llevado al Tribunal Constitucional, controlado por el socialcristianismo, a tomar la decisión de prohibir la comercialización en el Ecuador de la llamada píldora del día posterior, un producto garantizado y comercializado en casi todos los países del mundo, como una de las formas de control de la natalidad.

Lo más curioso del caso es que la trinidad ha declarado que actúa para "defender la vida".

Que yo sepa, ninguno de ellos se ha pronunciado de manera enfática a favor de la vida en el caso de los veintinueve niños recién nacidos que murieron en un acto criminal en un hospital de Chone; ni han emprendido tampoco, con el mismo fervor, en una acción que establezca a los culpables y no quede el episodio en una anónima culpabilidad colectiva y un silencio cómplice de la sociedad.

Curiosa forma, esta, de angustiarse a nombre de la vida por la famosa píldora y callar cuando la vida es víctima de permanentes atentados. Una actitud que nos hace sospechar que detrás de su retórica no hay nada, hay solo restos de un moralismo mal digerido.

Envalentonados por la decisión del Tribunal Constitucional (¿qué dirá la candidata Cynthia Viteri de sus camaradas de partido, convertidos en el TC en una parodia de Torquemada?), este grupo Provida ahora nos amenaza con impulsar una prohibición de los sistemas de control de la natalidad en general.

Por lo pronto, con la complicidad de algunos partidos políticos, se ha congelado en el Congreso un proyecto de ley para favorecer el aborto en casos de maternidad forzada, por violación o cualquier tipo de abuso. No. Los intolerantes prefieren defender principios en abstracto, que tienen más de discurso que de fundamento científico, antes que asumir la causa de las víctimas de la violencia sexual.

¿Cómo entienden estos sectores el valor de los derechos humanos? ¿Cuáles son, para ellos, los derechos humanos en un país truncado por la miseria, en el que miles de mujeres, lejos de ser dueñas de sus cuerpos, son objeto de violencia, de abuso, de comercio publicitario?

Mientras las sociedades caminan hacia el reconocimiento del derecho de las mujeres a decidir libremente sobre sus cuerpos y sus destinos, trinidades como esta que se ha juntado en nuestro país, niegan esa libertad.

Al catolicismo le están afectando corrientes de ostracismo. Detrás de una cierta modernidad de las formas, algunos sectores de la jerarquía católica, por hoy dominantes dentro de la Iglesia, junto a grupos de creyentes fanáticos, están regresando a tiempos de intolerancia, a discursos que atentan contra las libertades, que buscan nuevamente apoyarse en el poder político para someter a las sociedades a sus particulares concepciones y pasiones. Lamentable.

[fuente]
http://www.eluniverso.com/2006/06/14/0001/21/F96CD5AF517447BB90F6FF169BCA69F9.aspx

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