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Petróleo, reformas y TLC

Leonardo Vicuña Izquierdo

Guayaquil, 8 de abril de 2006

Ha causado impactos, local e internacional, las reformas a la Ley de Hidrocarburos, que posibilitan que el Estado recupere parte de los ingresos extras obtenidos por las compañías que explotan y venden el petróleo ecuatoriano, producto del excedente del precio en relación al referencial de $15,00 que constan en los contratos.

Las reformas, según cálculos del MEF, permiten recuperar unos $700 millones por año.

El país, por los incorrectos sino corruptos contratos petroleros, ha perdido millonadas, los ministros y otros, de mayor o menor nivel, se hicieron de la "vista gorda", deliberadamente ignoraron las tendencias de los precios para favorecer a las transnacionales.

De múltiples formas han reclamado abogados y testaferros de las petroleras, con cualquier leguleyada, sin importarles que los recursos financieros provienes del petróleo que es nuestro y que se lo debe recuperar.

Las financieras internacionales, aceleradamente elevaron la calificación del "riesgo país", ubicándolo como "peligroso" para las inversiones, por la "inseguridad jurídica".

He sostenido que cuando las "calificadoras" de riesgo nos califican "mal" se debe entender que en algunos aspectos estamos "bien"; lo contrario se da, cuando tenemos conductas entreguistas, nos endeudamos onerosamente, asignamos el 50% de los ingresos presupuestarios al pago de la deuda, nos sometemos a las políticas del FMI, nos endeudamos más para pagar deuda, asignamos menos recursos para el gasto social; en suma, afectamos la vida de la gente, postergamos el crecimiento y vendemos soberanía.

Los fundamentalistas del TLC, por su parte, pusieron su grito al ciclo. Para ellos, que el Estado recupere recursos, apropiados inmoralmente por las petroleras, es el fin del TLC y casi la debacle nacional. Se quejan de los procedimientos, proclaman "su apego" a la juridicidad, no toleran dar muestras de "inseguridad" jurídica. Las reformas echan abajo el sueño dorado del TLC y eso les resulta intolerable y presionan por todo lado al Presidente, para que, de cualquier forma, suscriba el acuerdo y no los deje burlados.

Han pataleado y gritado como con el caso de la OXI, una nueva "venta de la bandera", que deja mal parado al Estado, por lo que cínicamente le ofertan "en compensación" unos cuantos millones.

Nos tratan como a mendigos, siendo los dueños de la riqueza, es intolerable.

No son suficientes las reformas. Urgentemente se debe corregir la política petrolera, levantando a PETROECUADOR, víctima de la política de rapiña diseñada por las empresas, para su beneficio, con la ayuda de traidores nacionales.

El nuevo gobierno, para defender al pueblo y la nación, debe trabajar con una agenda que convoque a todos a recuperar soberanía, dignidad, planificación, controles y el petróleo; renegociar la deuda, reactivar la producción, reformar el sistema financiero, defender la vida de la gente; construir un Estado democrático, crear la Asamblea Constituyente.

Lo demás, sólo conduce a más de lo mismo, en base a amarres electoreros entre los de siempre, sometidos al poder especulativo, subordinados al poder imperial; al reparto de la troncha, conduce al mantenimiento del atraso y la grave conflictividad social existentes.

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