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Los Arbolitos: de Quito y Caracas

Eduardo Zambrano Cabanilla

Investigador social

30 de marzo de 2006

En la ciudad de Quito capital de Ecuador, a escasos metros de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, el sector del Parque "el Arbolito" es un sitio de concentración de la vanguardia del Movimiento Indígena Ecuatoriano, un espacio de protesta, una trinchera de resistencia. "El Arbolito" en Quito se ha convertido en un espacio de lucha de los levantamientos indígenas empezando por el de 1990 que fue la condensación de todo el proceso que estableció la presencia indígena en el escenario social y político ecuatoriano. Hechos más recientes, como el rol fundamental y estratégico en la destitución del ex presidente Abdalá Bucaram en febrero de 1997, las conquistas en la Constitución Política de 1998, el levantamiento indígena del 21 de enero de 2000 que produjo el derrocamiento del entonces presidente de la República Jamil Mahuad. Actualmente marzo de 2006 provenientes de las comunidades indígenas del norte y centro de la sierra, cientos de indígenas convocados por la Confederación de !

Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) se dirigen caminando a la capital y se vienen agrupando paulatinamente en el Parque El Arbolito en Quito esperando que el número aumente para emprender una gran marcha hacía el Palacio de Gobierno y reivindicar su protesta que vienen haciendo contra el Tratado de Libre Comercio (TLC) y contra la presencia de la compañía petrolera estadounidense OXY.

En contraste a esto, provenientes de las comunidades indígenas del Delta Amacuru, del Zulia y del noroeste de Guayana, decenas de familias indígenas venezolanas pertenecientes a las etnias Warao, Wayú y Panare se concentran de vez en cuando en el Parque Los Caobos y en el Paseo Vargas en el espacio de "los Arbolitos" (frente a la autopista Francisco Fajardo y en plena avenida Bolívar, a la altura de la Escuela de Artes Plásticas) sitio convertido en refugio permanente de estos hermanos indígenas desarraigados. Uno de los habitantes explica que se instalaron ahí porque así mantienen cierto contacto con la naturaleza. "Nosotros somos pescadores y agricultores. Nos vinimos a Caracas por la falta de trabajo.", indicó un Warao. El éxodo de estas etnias a los centros poblados se inicia a causa de:

  1. Deterioro de las condiciones naturales de subsistencia.
  2. Invasión progresiva de las tierras útiles por parte de agricultores y ganaderos criollos.
  3. Atractivo creciente de los centros poblados por las oportunidades de encontrar trabajo, recursos alimenticios y sanitarios.
  4. Presión ideológica, tanto civil como religiosa, para imponer al Warao el modelo cultural criollo moderno.

Así, el Warao acude a la ciudad capital en busca de solución a su problema económico o sanitario y a su vez, el centro urbano lo tolera por un sentimiento implícito de responsabilidad hacia el indígena, cuya condición es resultado del abandono institucional y del atropello individual. Al momento de nuestra visita al lugar de "los Arbolitos" en Caracas, predominaban los hombres y niños porque las mujeres se encontraban en la calle buscando el dinero para poder sobrevivir. Las mujeres indígenas con niños en los brazos recorren puntos clave de lugares y avenidas del centro de la ciudad de Caracas no para protestar o exigir sus derechos sino pidiendo limosna, por la tarde prenden fogatas para preparar algún alimento y en la noche dormir en colchones malolientes cubiertos con plásticos y cartones, las condiciones de insalubridad y hacinamiento para dormir parecen no molestar para nada a los indígenas, quienes ya están acostumbrados al clima de pobreza en la ciudad. Han instalado su hábitat, bajo la mirada indiferente de las autoridades locales y nacionales.

Actualmente, muchos de los indígenas venezolanos, miembros de distintas etnias, viven en sus lugares de origen, pero hay una buena parte de ellos que viven en pésimas condiciones en las ciudades, tirados en cualquier rincón de un parque, bajo árboles, debajo de los puentes o cerca del río Guaire en Caracas, es una aberración ambiental engendrada por años de injusticia social. En Caracas al igual que en otras ciudades de Venezuela, encontramos indígenas que han sido desplazados de sus hábitats, es decir, de sus lugares naturales. Ésta es una realidad lamentable, sobre todo si pensamos en la riqueza originaria de unas culturas cuyos basamentos tuvieron en lo ecológico un centro vital.

Este reconocimiento de dos situaciones distintas con actores naturales, en dos naciones hermanas, nos lleva a observar que hay dos historicidades diferentes. Como se observa a partir de lo expuesto, si bien se reconoce la presencia de dos concepciones societales sobre la ocupación de espacios trato de no hacer una definición de lo que se entendería por ocupación de espacios en las ciudades capitales, y por ende acerca de la existencia de poblaciones en esta porción geográfica.

La cuestión parece estar en que mientras los primeros (indígenas en "el Arbolito" de Quito) ocupan el espacio en constantes levantamientos escribiendo gestas heroicas en su lucha por defender sus derechos y la soberanía de su país, los segundos (indígenas en "los Arbolitos" de Caracas) están en ese espacio en situación de desarraigados, huyendo de la pobreza y la miseria. La sombra de "los Arbolitos" en Caracas sirve como cobijo o refugio de desplazados. "El Arbolito" en Quito sirve de sombra a un espacio donde emerge la voz de un pueblo, un espacio crítico, interpelante y cuestionador.

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