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Los campesinos de Los Ríos se unen a los paros contra el TLC

Diario El Comercio, edición digital

Quito, 23 de marzo de 2006

Varias redacciones

Los indígenas de Peguche colocaron varios troncos de árboles en la vía y un tractor los retiró (foto: El Comercio)

Las protestas tienen un nuevo matiz. Ayer, por primera vez, protestaron los agricultores del Litoral contra la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC).

En Babahoyo, al menos 300 campesinos bloquearon la vía que comunica Los Ríos con el centro del Guayas, de 06:00 a 10:30.

En el punto Mata de Cacao, entre Jujan y Babahoyo, los manifestantes, en su mayoría pequeños productores de arroz, bloquearon la carretera con seis tractores. Con consignas y pancartas en contra del TLC, los agricultores y dirigentes gremiales impidieron el paso de cientos de vehículos y camiones cargados de productos.

Un fuerte piquete policial intentó levantar el bloqueo, pero fue impedido por los manifestantes. Finalmente, por gestiones del gobernador, Fernando Onofre, la medida se suspendió temporalmente. A las 12:00, la circulación desde ese punto se normalizó.

En cambio, ayer, la Panamericana fue probablemente la carretera más concurrida en algunos tramos. Miles de comerciantes, turistas, productores, agricultores y ganaderos circulaban libremente.

El decreto de emergencia, en unos casos, y los acuerdos entre autoridades locales y el Gobierno, en otros, hicieron posible la apertura de esta carretera. Las vías alternas también se desbloquearon, tras tres días de sitios.

Pero, si bien los paros se resolvieron en Carchi, Cotopaxi, Chimborazo y Bolívar; los problemas persisten en Imbabura, Loja, Zamora, Pichincha y Los Ríos.

Los campesinos e indígenas amenazan con bloqueos esporádicos.

Tulcán retomó lentamente a su ritmo habitual. Las estaciones de combustibles abrieron y en las calles había más carros.

"Nadie nos devolverá lo que perdimos, pero por fin volvimos al trabajo", aseguró el chofer Rodrigo Álvarez, quien hace carreras a los comerciantes y se quedó sin combustible desde el viernes.

En la madrugada, los dirigentes del Consejo de Comunas Campesinas de Montúfar intentaron cerrar la Panamericana en San Gabriel. La Policía los dispersó con gases lacrimógenos.

En cambio, los habitantes de Ambato, Salcedo y Latacunga retornaron a la Panamericana, tras tres días de sitios.

A las 10:00, personal y maquinaria pesada del Municipio de Salcedo y de Panavial trabajaban en Panzaleo.

Al mediodía, el comercio y el turismo se restablecieron en un cien por ciento entre Pichincha, Cotopaxi y Tungurahua.

Camiones con productos agrícolas y leche empezaban a llegar masivamente hacia los mercados mayoristas de Latacunga y Ambato. El comerciante de leche, Rodrigo Toalombo, de Píllaro, sonreía pues por fin pudo llegar con sus 30 litros de leche a Salcedo.

Además, por el paso lateral, transitaban decenas de camiones, camionetas y carros particulares. También, la actividad comercial retornó a Riobamba, luego de ocho días de bloqueos de carreteras. La venta de medicinas, gas y de mercaderías se reguló ayer.

El estado de emergencia permitió a Luis Paucar viajar desde Ambato hasta Riobamba. "Debía pagar la matrícula en la Politécnica de Chimborazo".

Paucar explicó que una radio informó que el período para pagar la matrícula se extendía por el paro indígena y que prefirió no arriesgarse y viajar en el primer carro que salió.

Fernanda Palacios, una madre de familia, en cambio, aprovechó que la Panamericana Norte se desbloqueó para trasladarse a Quito a visitar a su hijo, quien viajará a Perú la próxima semana a estudiar una maestría. "Salir del país exige algunos trámites. He tenido que pagar un hotel durante una semana para que él pueda gestionar los documentos".

En Chimborazo, el estado de emergencia se aplicó desde las 05:30. Más de 1 000 militares retiraron los obstáculos. La primera carretera habilitada fue la Riobamba-Ambato.

Sin embargo, no todas las provincias estaban libres de bloqueos. Fue el caso de Loja, Zamora y Pichincha. En la primera, en la vía Cuenca-Loja, los indígenas de Nabón dejaron actuar a los militares, pero amenazaron con volver a colocar obstáculos.

El decreto de emergencia estimuló a los campesinos a levantar más barricadas con troncos.

Esto ocurrió desde Biblián a La Dolorosa (Suscal). Cada 500 metros, de los 35 kilómetros, se levantaron obstáculos.

Los 375 uniformados tuvieron dificultades para habilitar esa vía, pero lo hicieron poco a poco.

Entre tanto, la carretera Biblián-Tambo-Durán, en Cañar, quedó expedita. El Ejército y la Policía usaron un tractor y un carro antimotines para ese objetivo.

Además, grupos de indígenas y shuaras obstaculizaron el paso vehicular en el Padmi y La Fragancia (Zamora) y San Lucas (Saraguro).

Camiones cargados con plátanos yuca, papaya, lácteos y buses aguardaban por una oportunidad para avanzar hacia su destino.

En Pichincha, los campesinos sortearon una especie de juego con los militares. Esto porque después de que los uniformados retiraban los escombros de la vía y se iban, inmediatamente, los indígenas volvían a colocarlos.

Estos problemas ocurrieron en Tabacundo (incluido dentro del estado de emergencia) y en Guachalá (Cayambe). Algunos floricultores aprovecharon los desbloqueos para trasladar sus productos y otros no pudieron hacerlo.

Los indígenas y mestizos, con diferencias

Un distanciamiento entre la población urbana y la rural es otra consecuencia del paro, contra el TLC y Oxy, que en Imbabura cumplió 10 días.

En Ibarra, por ejemplo, la población mestiza señala a los indígenas, como responsables de la falta de combustibles y alimentos. En la ciudad se escuchan varios adjetivos despectivos contra los manifestantes que cierran las vías. Mientras tanto, los indígenas cuestionan la poca participación de los mestizos en las protestas, por lo que consideran será un bien común para el país.

El Municipio de Otavalo, mediante una carta abierta al presidente Alfredo Palacio, hizo público el problema.

Señaló que si el Gobierno no toma pronto una decisión, se generaría un clima de enfrentamientos, que puede tirar al piso la política de respeto intercultural que fomenta. El mejorar las relaciones entre indígenas y mestizos ha sido una de las constantes del alcalde de Otavalo, Mario Conejo, en un cantón en el cual conviven las dos etnias.

Al parecer, la población urbana y rural tiene sus propias percepciones sobre el paro. Mientras que para el presidente de la Federación de Indígenas y Campesinos de Imbabura (FICI) la medida es exitosa, los sectores productivos rechazan la paralización.

Las cámaras de Comercio y Turismo manifestaron su malestar "por la débil e indolente respuesta de las autoridades frente a la serie de actos vandálicos. Y exigen que se tomen acciones legales contra los dirigentes indígenas. Señalan que los manifestantes constituyen una minoría que no representa los intereses de la mayoría de la población de la Sierra norte...".

En medio de ese panorama, ayer, los indígenas volvieron a bloquear la carretera Panamericana, desde Atuntaqui hacia el sur. En la Y de Cotacachi y en Peguche estuvieron los mayores bloqueos. Alrededor de 3 000 indígenas se apostaron en cada sector y evitaron que los uniformados reabran las vías. En el resto de la carretera retiraron troncos y piedras.

El comandante del Grupo de Caballería Yaguachi, Juan Francisco Gavilanes, anunció que en Otavalo y Antonio Ante rige desde ayer un toque de queda.

[fuente]
http://www.elcomercio.com/noticia.asp?id=32394&seccion=10

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