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En el pozo de las mentiras

Alberto Acosta

La Insignia

Quito, 14 de diciembre de 2005

La corta gestión de Rafael Correa en el Ministerio de Economía dejó secuelas. No porque se afectó la economía, como afirman los "ortodoxos, conservadores y prudentes" (OCP). Ellos son los afectados porque Correa, al demostrar que es posible otra política económica, golpeó bajo de su línea de flotación; es decir, de su discurso indiscutible y prepotente. E hizo tambalear su poder político.

Preocupados por una muy posible repetición de una política económica centrada en el ser humano y no en la acumulación del capital, los OCP han desatado una campaña en contra del ex ministro. En ella la mentira y la tergiversación de las cifras se acompañan. Incluso en un "análisis" de este diario se afirma que Correa habría sido el "propulsor de la devolución de fondos del seguro, principal percutor de la inflación en los últimos meses". Falso. Él se opuso a dicha irresponsabilidad; señaló el mal uso que se hacía de dichos fondos y propuso que se los invirtiera en actividades productivas seguras y rentables para beneficio de los jubilados y de la sociedad. Y de paso, en el mismo "análisis", se le imputa como un error haber desarmado el FEIREP, aquel fondo antiético y antitécnico que no ahorró nada bueno para el país, pero que tanto entusiasmaba a los representantes de los tenedores de bonos de la deuda pública, tan bien representados por los OCP.

Apenas salió Correa, los OCP y demás bichos ortodoxos se rasgaron las vestiduras porque había dejado un desfinanciamiento de 1.000 millones de dólares; sin haber recibido hasta ahora ni un solo desembolso de los organismos multilaterales, no hay dicho desbalance fiscal. También mienten cuando hablan de políticas "populistas" expresadas en un desmedido gasto público, pues de acuerdo al Banco Central en los meses de abril, mayo, junio y julio se registró un superávit fiscal. Entonces el incremento de la inflación encuentra su "percutor" en la devolución de los fondos de reserva, así como en la sequía y en las heladas que han golpeado al sector agrícola.

Algún OCP se aventuró a reclamar a Correa porque la economía no alcanzará los niveles estimados de crecimiento en el 2005. Nueva falacia. El mismo Banco reconoce que en el segundo trimestre, la economía creció en 1,3%, mientras que en el primer trimestre, el último de gestión del dictócrata y sus "mauricios", la economía decreció en -0,2%. El Central indica que la revisión a la baja de las estimaciones de crecimiento, del 3,6% al 3,3%, se debe a que las empresas petroleras privadas disminuyeron sus niveles de extracción proyectados, a esto se suma el efecto recesivo de la política OCP, que no pudo ser desmontada totalmente por Correa.

En esta campaña de desprestigio, en boca del pozo de las mentiras afloran los autoelogios de los principales responsables de los graves problemas económicos, quienes sin vergüenza alguna se apoyan en los aplausos de los beneficiarios de su manejo económico, aquellos "reconocidos analistas, revistas especializadas, gobiernos amigos, la comunidad financiera internacional", es decir de los acreedores de la deuda y de la banca privada nacional. No hay duda de que muchos OCP creen, al igual que el nazi Joseph Goebels, que una mentira repetida con insistencia puede transformarse en verdad.

[fuente]
http://www.lainsignia.org/2005/diciembre/ibe_049.htm

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