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El peor momento para el TLC

Leonardo Vicuña Izquierdo

Diario El Telégrafo, edición digital

Guayaquil, 14 de noviembre de 2005

El TLC, alternativa al ALCA, iniciativa norteamericana de hace una década, al parecer sepultada en la última Cumbre del Mar del Plata, producto de la reacción contundente de varios países, opuestos a inmiscuirse en un nuevo plan de explotación y dominación.

El "libre comercio" no ha sido la práctica de EE.UU., de la UE y Japón que a lo largo de décadas, protegieron sus productores, hasta tener condiciones competitivas; entonces exigieron como ahora a los países débiles, la eliminación de sus "barreras" mayor apertura y para el libre ingreso de bienes y factores, en su exclusivo beneficio. Hasta ahora mantienen multimillonarios subsidios y pretenden imponernos así su "libre" comercio.

Estamos de acuerdo con el comercio libre para beneficio de los pueblos. Pero ¿será libre el TLC?, ¿será de beneficio mutuo? La respuesta es negativa ya que Ecuador, exigido a abrirse, no tiene condiciones para exportar más y mejor, y seguirá dependiendo, por diversas razones, de la venta a EE.UU. del petróleo, que cubre más de 50%; el banano y otros pocos productos.

En cambio, tendríamos ilusorias ventajas, ya que no hay posibilidades de diversificar y mejorar la productividad de las exportaciones, ni elevar la capacidad de competir con las gigantescas empresas con enormes ventajas productivas, tecnológicas, financieras y políticas, lo que provocará la liquidación de miles de nuestras débiles empresas.

Para quienes presionan -incluido los entreguistas del gobierno-, deben entender que es el peor momento para un TLC, que no sólo es arancelario, sino todo un plan económico para controlar los negocios del Estado, afectar nuestro patrimonio juridicidad y soberanía y embarcarnos, vía estímulos arancelarios (ATPDA), en las estrategias político militares de EE.UU. en la región.

No tenemos Agenda, ni gobierno que lidere el proceso de reformas y ajustes para recuperar la economía, hoy envilecida por cúpulas especuladoras, la banca expoliadora, el endeudamiento externo rapaz y un orden internacional adverso.

Un TLC en estas condiciones, apenas traería ventajas temporales para ciertos consumidores; en cambio, se afectarán industriales, agricultores, productores de fármacos y ganaderos, que vienen reclamando tratos justos en las negociaciones, con ciertos delegados que más parecen representar los intereses foráneos.

Cabe recordar que Chile demoró 10 años en las negociaciones y que en la CAN al "integrarnos" con países menores, hace 36 años, junto a Bolivia, nos dieron tratos preferenciales y aun así, no los aprovechamos. En estos tiempos, sería más difícil ya que los problemas se han agravado la productividad y competitividad son más bajas, hay especulación bancaria, mayor pobreza y emigraciones, inestabilidad, conflictividad mayor incertidumbre.

Recuperemos soberanía, institucionalidad, democracia, estabilidad, tengamos un gobierno serio con agenda país y negociemos con el mundo entero, en igualdad de condiciones y para beneficio nacional.

Ahora, no debemos embarcarnos en el TLC de Bush.

[fuente]
http://www.telegrafo.com.ec/

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