28 de septiembre de 2005
Más de 6 mil refugiados y solicitantes de asilo en Ecuador, proveniente en gran parte de Colombia, están recibiendo raciones alimenticias del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas. Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) es la operación más importante a favor de los refugiados hecha por las Naciones Unidas en la región desde las guerras civiles en Centroamérica en los años 80.
La distribución de alimentos es una expansión de un programa existente del ACNUR que provee raciones para 600 refugiados y solicitantes de asilo en Ecuador. La Agencia espera que el incremento en las raciones garantice seguridad alimentaria para familias vulnerables en exilio en cuatro provincias del norte, dos ciudades en el sur, así como en Santo Domingo de los Colorados y la capital, Quito.
La primera distribución comenzó en Ibarra la semana pasada, cuando 310 paquetes de alimentos fueron cargados en los camiones con rumbo a la norteña provincia de Carchi. Otro convoy partió desde Esmeraldas al día siguiente, mientras otros camiones lo hicieron desde centros de distribución en Quito y Lago Agrio.
Soraya, una colombiana de 40 años de edad, madre de dos niñas, según informaciones de ACNUR, dio la bienvenida a la distribución de comida para compensar el ingreso mínimo que gana en trabajos ocasionales limpiando casas y lavando ropa en Ibarra. "Han pasado dos semanas desde que tuve mi ultimo trabajo", dijo. "Me entristece pensar que mis dos niñas puedan tener hambre y me rehúso a mandarlas a trabajar a la calle porque es muy peligroso."
Sus hijas - Daniela de 12 años y Priscilla de 10 - permanecieron en la fila al lado de su madre con cerca de 30 personas esperando su turno. La familia llegó en 2001 y les fue reconocido el estatus de refugiado. Las niñas dijeron que apenas recuerdan su nativa Colombia.
Además de harina de maíz, cada paquete de comida contiene arroz, atún en lata, lentejas, azúcar y aceite de vegetales. El contenido de las raciones es de 1.600 calorías y fue basado en las sugerencias y necesidades que los refugiados expresaron a través de estudios de campo y grupos de trabajo conducidos por el PMA y el ACNUR.
Los refugiados también aseguraron las contribuciones de otra manera: empacando las raciones. "Siete mujeres y tres hombres trabajaron en Ibarra reuniendo los sacos", dijo un asistente del proyecto acerca de la ayuda empleada."Trabajaron duro y eficientemente y hasta terminaron antes de lo previsto, tal vez por que ellos sentían que la ayuda era destinada a su propia gente que está en graves condiciones". Las distribuciones continuaran semanalmente en lugares con alta demanda, durante un año.
[fuente]
http://www.adital.com.br/site/noticias/18792.asp?lang=ES&cod=18792
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