Bogotá, 1 de julio de 2005
En el Gabinete del Presidente Alfredo Palacio, que sucedió al Coronel Lucio Gutiérrez el 20 de abril, luego de la rebelión del pueblo quiteño, existe una corriente nacionalista que está siendo sometida a un proceso implacable de ablandamiento.
¿Quiénes integran esta corriente? En el frente interno: Mauricio Gándara; en el frente externo: Antonio Parra y en el Frente Económico: Rafael Correa.
Hay también el grupo de los sometidos, de los que buscan continuar con el libreto vigente en el gobierno de Gutiérrez que quiso ser el mejor amigo y aliado de Bush en la región andina. Entre ellos se destaca Luis Herrería que repitió los argumentos gringos sobre Chávez y Venezuela, con tan poco seso y creatividad, que lo único que quedó en claro es su alarmante nivel de incomprensión de lo que hoy ocurre en América Latina.
Al parecer, la disposición a firmar el TLC con Estados Unidos ubicaría también en este bando al socialdemócrata Oswaldo Molestina Zavala, Ministro de Industrias, Comercio e Integración, quien "a título personal" parecería dispuesto a sepultar las veleidades izquierdistas de su Partido Político.
¿En cuál equipo juega el Presidente?
Observadores perspicaces han advertido que, en la retórica, quedan las huellas de la herencia socialista y comunista que corre por sus venas. No olvidemos que su abuelo fue el escritor lojano Pablo Palacio, célebre autor de "Un hombre muerto a puntapiés" que inicia lo mejor del relato ecuatoriano y forma parte de la brillante generación que funda el Partido Socialista en 1926; y, que su padre fue el escultor guayaquileño Alfredo Palacio, parte constitutiva de una generación de comunistas que lucharon y crearon, desde la literatura y el arte, monumentos permanentes a la grandeza de la Patria, como el célebre conjunto a Eloy Alfaro y sus montoneros que sorprende e impacta a los ciudadanos del mundo que visitan el cálido Guayaquil de mis amores.
El Presidente Alfredo Palacio tiene entonces un nombre y un apellido que defender. En sus comparecencias públicas se advierte que es un médico cardiólogo por vocación y convicción. Sin duda es también un hombre culto que habrá aquilatado la importancia de la función que desempeña. Que haya dicho que el cargo es importante sólo en la medida de los objetivos que pueda cumplir al servicio de la sociedad, lo enaltece, pues demuestra que no forma parte de esa raza despreciable de los hombres enloquecidos por el poder simplemente para satisfacer vanidades personales y necesidades de grupos bastardos.
Pero el Ecuador se encuentra en la vecindad del proyecto demencial más peligroso del Imperio y sus secuaces: liquidar a la insurgencia colombiana, con el pretexto de acabar con el narcoterrorismo, y entregar Colombia al Tío Sam para apoderarse de la Amazonía y radicalizar la subordinación colonial de América Latina. Para hacerlo han buscado insistentemente la regionalización del Plan Colombia y luego de su proyecto de guerra el Plan Patriota.
En este sentido debe entenderse la última acusación lanzada por Alvaro Uribe Vélez que sostiene que: "en Ecuador están los subversivos que atentan contra nuestra riqueza, sobre todo contra la vida de muchos colombianos, como pasó con los soldados que murieron el sábado"( 25 de mayo del 2005). Claro que el Presidente de Colombia no hacía otra cosa que repetir una treta iniciada por su aliado paramilitar, Jorge Coral Rivas, Alcalde de la población colombiana de Puerto Asís, sobre el Putumayo, que denunció que: "La mayoría de la subversión que delinque en Colombia viene del vecino país y luego va y participa en acciones en la tierra ecuatoriana".
Frente a esas afirmaciones sólo caben dos hipótesis:
Primera, el Ecuador se ha transformado en un santuario de guerra, parecido a Laos y Cambodia, durante la Guerra de Viet Nam.
Segunda, las declaraciones del Presidente Uribe Vélez y del Alcalde de Puerto Asís son falsas y forman parte de una tramoya para tratar de implicar a las Fuerzas Armadas del Ecuador en el conflicto interno de Colombia.
La primera hipótesis tiene que desecharse por absurda e insostenible. La guerra que se libra en Colombia no es una guerra regular, de posiciones, en la que se defiendan territorios.
Las Fuerzas Armadas Colombianas y sus aliados yanquis en más de un año del Plan Patriota, que se inició en febrero del 2004, están siendo derrotadas, entre otras razones, porque no han podido descifrar los secretos de un pequeño ejército revolucionario, las FARC-EP, que utiliza técnicas móviles aprendidas en un proceso de 41 años y dirigidas por el jefe militar insurgente más antiguo y prestigioso del mundo, Manuel Marulanda. Él está en las montañas de Colombia desde 1949, cuando se alzó en armas para protestar por el asesinato en Bogotá del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán y formó, con sus 19 hermanos y primos, el primer núcleo guerrillero de mediados del siglo XX.
Ahora el grupo insurgente se ha vuelto invencible porque cuenta con un Estado Mayor que ha logrado acumular una experiencia estratégica y táctica tan importante como la de Marulanda, pero además porque tiene en el campo de casi todos los departamentos de Colombia unos 26.000 combatientes que hacen lo mejor de la juventud y las mujeres de Colombia. Esto sin contar con los 80.000 miembros del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia que forman parte de su retaguardia estratégica.
Alvaro Uribe Vélez, el ambicioso caudillo vinculado al paramilitarismo y el narcotráfico, está desesperado, porque sabe que pierde la guerra y se le esfuma la posibilidad de la reelección presidencial. Sin embargo, apoyado en el poder mediático de la oligarquía colombiana y de sus aliados Imperiales sigue mostrando como éxitos la captura en el exterior de Simón Trinidad y Ricardo González y, en lo interno, la prisión de la Comandante Sonia, la incautación de vehículos y de restos de campamentos que supuestamente pertenecían a la insurgencia.
El Comandante Raúl Reyes, Responsable de Relaciones Internacionales de las FARC, desde algún lugar de la Amazonía colombiana, evalúa en los siguientes términos el primer año del Plan Patriota:
Les hemos causado muchas bajas. Hay una proporción de 10 a 1, es decir por cada 10 bajas en las tropas enemigas, tenemos una en nuestras filas.
...Las tropas de la alianza invasora (que comanda los Estados Unidos de América) están cansadas, hay sectores de esas tropas desmoralizadas, enfermas, pidiendo que les den vacaciones, que los dejen ir a ver a sus familias, que los manden a hacer los cursos de actualización, porque les toca padecer muchísima enfermedad en la selva, la humedad, los mosquitos, el hambre, el calor, el frío, las serpientes, la lesmaniasis, cantidad de enfermedades, frente a un enemigo forjado con una conciencia revolucionaria, que no lo está haciendo por ningún interés económico, sino por conciencia revolucionaria, por compromiso con su pueblo y con los demás pueblos del mundo y que esperan resultados de una guerrilla que ha tenido el valor de enfrentarse no solamente a las tropas de su País sino a las tropas invasoras de Estados Unidos también.
La segunda hipótesis es la única válida. El paramilitar Alcalde de Puerto Asís, fiel a la ausencia de ética y moral de su organización, fabricó una patraña que es repetida por el Presidente de Colombia, Alvaro Uribe Vélez, quien, hace poco tiempo se había quitado la máscara ante la opinión pública mundial al poner el ejecútese a una Ley que pretende transformar en políticos a los asesinos desalmados y narcotraficantes, convictos y confesos, de las Autodefensas Unidad de Colombia.
Claro está que los paramilitares pueden ser políticos exitosos de la oligarquía y el Imperialismo, lo demuestra, la carrera meteórica del propio Uribe Vélez, aunque su destino final será la derrota y el escarnio frente a la conciencia civilizada de Colombia y los pueblos del mundo.
Los medios de comunicación del Ecuador han destacado en primer plano la propuesta sorprendente e inaudita formulada por el Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Colombia, Jimmy Chamorro de "crear un comando militar conjunto entre Ecuador y Colombia para enfrentar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, (FARC-EP).
Ventajosamente ya no está en el gobierno el sometido Coronel Lucio Gutiérrez y la respuesta unánime de la sociedad, el Congreso y el Ejecutivo ha sido la de rechazar el pedido colombiano. Pero las presiones siguen y se han unido al chantaje para lograr que el Ecuador otorgue inmunidad a los militares yanquis. La Embajadora Kristie Kenney en Quito anunció que Estados Unidos suspenderá toda ayuda militar al Ecuador hasta que revise sus posiciones.
Los sectores nacionalistas y patrióticas - que ahora tienen también su representación en el Gobierno - están dispuestos a no someterse al chantaje yanqui, a no intervenir con nuestras tropas en la guerra interna colombiana y a respetar el derecho a la autodeterminación de ese heroico pueblo con el que nos unen mil títulos históricos y de vecindad.
[fuente]
http://anncol.org/es/site/doc.php?id=1444
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