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Washington anexa la Amazonía. Las cancillerías latinoamericanas se duermen

Heinz Dieterich

Rebelión

28 de abril de 2005

El avance de Washington

El 28 de enero del presente, en Washington, D.C., la Secretaria General de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), Rosalía Arteaga, y el Secretario General Interino de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luigi R. Einaudi, firmaron un acuerdo sobre "Manejo Integrado y Sostenible de los Recursos Hídricos Transfronterizos en la Cuenca del Río Amazonas", que constituye un nuevo paso trascendental de Washington hacia la apropiación final de la Amazonia.

En una primera etapa, la OEA administrará 700 mil dólares del Fondo Mundial para el Medio Ambiente, conocido como GEF, Global Environment Facility, y dará apoyo técnico. La OTCA coordinará regionalmente el proyecto. El tratado tiene el objetivo de desarrollar un "modelo de gestión del agua". Considerando que más del 20 por ciento del agua dulce del mundo se encuentra en la Amazonia, en la cuenca de agua dulce más grande del mundo, y que el área abarca una superficie superior a los 7.8 millones de kilómetros cuadrados, ese acuerdo con fines paradigmáticos es de importancia histórica.

El Acuerdo no se limita, sin embargo, al vital líquido. Prevé también proyectos en los áreas de medio ambiente y salud, protección del medio ambiente e integración económica y conservación y gestión sostenible de la biodiversidad. Fuera del engorroso discurso diplomático-jurídico, las cláusulas más preocupantes del Acuerdo son las siguientes.

El Acuerdo Arteaga-Einaudi

1.1. Las Partes cooperarán recíprocamente en aquellos asuntos que sean de interés común dentro de sus esferas de competencia y de sus respectivos programas de actividades. Particularmente, las Partes cooperarán en proyectos relacionados con las siguientes actividades:

1.1e. Apoyar el desarrollo de trabajos conjuntos en la ejecución de las áreas programáticas de acción y compromisos prioritarios contenidos en el Plan Estratégico 2004-2012 de la OTCA aprobado por la VIII Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de los Países Miembros el pasado 14 de septiembre de 2004, y el Programa Interamericano para el Desarrollo Sostenible 2004-2007 de la OEA.

1.2. Para efectos de esta cooperación, si fuere necesario, las Partes celebrarán acuerdos suplementarios conforme a los lineamientos establecidos en este Acuerdo.

3.2. La SG/OEA y la OTCA también podrán financiar aquellas actividades o proyectos que estén siendo ejecutados por alguna de ellas, sin perjuicio de la contribución o participación de otras organizaciones o instituciones.

4.1. La dependencia responsable dentro de la SG/OEA de coordinar las actividades de la SG/OEA, según este Acuerdo, es la Oficina de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente (en adelante OSDE), y su coordinador es el Director de la OSDE, señor Scott Vaughan.

4.2. La dependencia responsable dentro de la OTCA de coordinar las actividades de la OTCA, según este Acuerdo, es la Dirección Ejecutiva de la OTCA, y su coordinador es el Doctor Francisco Ruiz Marmolejo.

4.3. Los coordinadores definirán las directrices generales de los proyectos a desarrollar...

4.4. Todas las comunicaciones y notificaciones que se deriven de este Acuerdo tendrán validez únicamente cuando...estén dirigidas a los coordinadores...

5.1. Las Partes se reconocen mutuamente los privilegios e inmunidades de que gozan en virtud de los acuerdos sobre la materia que sean pertinentes y los principios generales del derecho internacional."

El gran triunfo de Bush

George Bush ha de estar festejando este acuerdo. Todas las fichas latinoamericanas caen como dominós, facilitando la apropiación de la Amazonia, la regionalización del Plan Colombia y la destrucción de los movimiento sociales del área.

El primer paso fue la colocación imperial del Coronel rastrero Lucio Gutiérrez en la presidencia del Ecuador, en enero del 2003. El segundo paso la colocación de la candidata de Gutiérrez, Rosalía Arteaga, en el puesto de primera Secretaria General de la OTCA, en marzo del 2004, con el apoyo unánime de los cancilleres de los ocho países miembros de la OTCA, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana, Perú, Surinam y Venezuela.

El tercer paso se dio en la VIII Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de los Estados miembros de la OTCA, en Manaos, Brasil, el 14 de septiembre del 2004, donde los delegados nacionales "celebraron la aprobación del Plan Estratégico" de la OTCA, elaborado por Arteaga, el cual define "los Ejes Estratégicos de Acción, las Áreas Programáticas e Instrumentos Operacionales para orientar las actividades de la Secretaria Permanente desde el año 2004 hasta el 2012".

Habiendo sometido la Amazonia a un protocolo de inspiración neoliberal y neocolonial, (ver "América Latina: los cuatros intereses estratégicos de Washington y el papel de la FLACSO-Ecuador, en rebelion, la página de Dieterich, 16.10.2004), solo faltaba meter la Organización de Estados Americanos (OEA) ---el Departamento Colonial de Washington, como decía el Che--- en el proyecto de expropiación regional. Este cuarto paso acaba de realizarse con el Tratado Arteaga-Einaudi.

El punto 1.1 e del Acuerdo ratifica el "Plan estratégico" de Rosalía Arteaga; la cláusula 3.2 abre la Amazonia a "terceras instituciones", y los párrafos 4.1 a 4.4 dan prácticamente carta blanca a un par de burócratas de la OTCA y de la OEA, para crear los hechos consumados que después ningún gobierno nacional podrá revocar.

Solo ha habido un punto de luz en esta oscuridad que se dio cuando el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT) de Venezuela frustró una cábala entre el "Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo" (CYTED), de España, y el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (CONCYTEC) del Perú, que hubiera abierto las puertas de la Amazonia al subimperialismo español.

Todo lo demás es deprimente: con cancillerías de ocho Estados latinoamericanos que tratan a la Amazonia como si fuera el puesto de tamales de la abuela en la esquina de su casa, y no la región de materias primas estratégicas más importante del mundo con una extensión territorial equivalente al 73 por ciento de la superficie de Estados Unidos.

La ineptitud de esos aparatos diplomáticos, su falta de visión estratégica y de una doctrina diplomática latinoamericana a la altura de un naciente sistema mundial multipolar y del estatus de sujeto de la Patria Grande, son tan profundas que hay sectores que proponen que el imperialismo francés participe en la OTCA, a raíz de su colonia en Guyana (Departamento de Ultramar), supuestamente para "equilibrar la influencia de Estados Unidos".

Esa posición, sostenida incluso por personajes de la diplomacia venezolana, refleja el neocolonialismo mental absoluto de estos funcionarios que no logran, ni les interesa, concebir el mundo sin la mano conductora de las potencias mundiales. La solución al problema de la Amazonia no es tratar de equilibrar el imperialismo estadounidense con el europeo, sino de mantener a ambos expoliadores fuera y formular un plan maestro de desarrollo latinoamericano-bolivarianista para esa región, con plena participación de los pueblos indígenas y de las fuerzas patrióticas latinoamericanas.

La subversión balcanizadora o el Destino Manifiesto del Imperio

El proceso de subversión balcanizadora que observamos desarrollarse actualmente en la Amazonia tiene sobradas antecedentes en la historia del imperio. El expansionismo intervencionista fue congénito a la elite estadounidense que liberó a las trece colonias de Gran Bretaña, hecho por el cual ha demostrado siempre una consumada destreza en apoderarse de riquezas y tierras ajenas, bajo la bandera del Manifest Destiny y modalidades muy diversas, entre ellas: la compra, con o sin amenazas militares, como en el caso de Louisiana y Alaska; la intervención militar directa, como en Puerto Rico (1898); la creación de una Quinta Columna interna, como en el modelo de secesión utilizado por James Monroe para separar a Texas del Estado mexicano (1829); la cooptación o el apoyo a un sector secesionista de la elite nativa, paradigma utilizado por Theodore Roosevelt para separar Panamá de la República colombiana (1903); el uso de resentimientos étnicos, históricos o diferencias religiosas, como en la balcanización de la Unión Soviética y, actualmente, la manipulación electoralista y callejera de "fuerzas de la oposición", financiadas, dirigidas y mediatizadas desde Washington y las fundaciones de George Soros, para convertir las exrepublicas soviéticas de Asia Central en satélites estadounidenses.

La Amazonia puede ser comparada en términos de geopolítica y geoeconomía con la estratégica zona de Asia Central o con el Medio Oriente, de tal manera que toda diplomacia latinoamericana que no conceptualiza a la Amazonia como blanco de la subversión balcanizadora estadounidense, es simplemente diletante o cipaya.

Los operadores de la anexión Monroeísta de la Amazonia

La Organización de Estados Americanos: "sleeping with the enemy"

La OEA no requiere de una reseña extensiva. Su calificación histórica de "Departamento colonial de Estados Unidos" por parte de Che Guevara sigue vigente. De hecho, en este momento más que nunca, porque su Secretario General interino, Luigi R. Einaudi es un peso pesado del establishment de política exterior estadounidense, desde la Rand Corporation, el Council on Foreign Relations y el Woodrow Wilson Center hasta el Departamento de Estado de Condoleeza Rice, que junto con el Pentágono conduce la guerra mundial contra el "terrorismo". Ronald Reagan, el criminal de guerra que destruyó al gobierno sandinista mediante la agresión militar, distinguió a Einaudi por sus servicios, y de 1995 a 1998 fue el Enviado Especial de Washington para las negociaciones de paz entre Ecuador y Perú, que fueron la precondición para instrumentalizar ambas Fuerzas Armadas para el Plan Colombia.

La reanexión Monroeísta de Ameríca Latina es parte de la guerra mundial por la supremacía estadounidense y la OEA es una de las principales puntas de lanza que usa Washington en sus cuatro frentes de ataque: 1. la militarización de la Patria Grande mediante el Pentagonísmo; 2. la destrucción de su soberanía política mediante la Carta Democrática Interamericana (CDI); 3. la apropiación de la Amazonia mediante la actualización neocolonial de la OTCA y, 4. la imposición del Área de Libre Comercio de las América (ALCA).

Rubén M. Perina, Coordinador del área de Fortalecimiento Institucional de la Unidad para la Promoción de la Democracia (UPD), de la Secretaría General de la OEA, expresa con claridad la política que Einaudi, la burocracia de la OEA y el Departamento de Estado tratan de imponer: En el nuevo contexto latinoamericano, cada uno de los estados-naciones del hemisferio "ve su propia seguridad reflejada en la seguridad, estabilidad y continuidad de cada una de las democracias de la región. Desde esta perspectiva, la democracia es indivisible. La amenaza a una democracia es amenaza a todas las democracias del hemisferio... Este contexto requiere, por lo tanto, por parte de los Estados miembros, el desarrollo y uso de nuevas y efectivas normas e instrumentos interamericanos que permitan proteger, defender y fortalecer colectivamente cada una de esas democracias."

Dentro de esa "construcción de un régimen democrático interamericano" la OEA tiene dos posibilidades de actuar, dice Perina: a) como "institución central pero no exclusiva del sistema interamericano, utilizando complementariamente arreglos subregionales (MERCOSUR, Grupo de Río, Centroamérica)", o b) "actuando unilateralmente". Más claro ni el agua.

Ofrecer en esas condiciones a Einaudi y la OEA, volverse un elemento operativo en la estructuración de un plan maestro (!) sobre el agua y la biodiversidad de la Amazonia, tal como hizo Arteaga, es equivalente a un pastor que entrega el cuidado del rebaño a los lobos. Es difícil creer que ese debe ser el papel de la Secretaria General de una institución latinoamericana que debe proteger y conservar para los sudamericanos la riqueza más importante que poseen.

De hecho, el Acuerdo Arteaga-Einaudi abre el camino intervencionista a la amplia burocracia formal e informal del Estado Global imperialista, porque el sistema está estructurado como una red de redes o como las Matruschkas rusas. Por ejemplo, la Global Environmental Facility (GEF), que financia el primer proyecto del Tratado, tiene tres agencias operativas: el United Nations Development Programme (UNDP), el United Nations Environment Programme (UNEP) y el Banco Mundial, cada una con sus ramificaciones mundiales. Al mismo tiempo, el GEF es asistido por un Consejo de Asesoría Técnica y Científica (STAP). Este STAP está encabezado por una ciudadana ecuatoriana: Yolanda Kakabadse. La señora Kakabadse, ex Ministra de Ecología del Ecuador (1998-2000) es, a su vez, miembro del Consejo de Directores de la Fundación Ford, del World Wide Fund-International, del Consejo de Directores del World Resources Institute y del Consejo de Asesores Internacionales de INBio, entre otras.

Ante el desastroso rumbo del Titanic tropical, llamado OTCA, la gran esperanza de los patriotas latinoamericanas es, que se aparezca oportunamente un iceberg político en la escena que la frene abruptamente. Y todo indica que el único iceberg disponible para tal tarea es Alí Rodríguez, el nuevo Canciller venezolano, que tiene el peso y la estatura internacional necesarios para tal tarea.

Lucio Gutiérrez y Rosalía Arteaga

El gobierno del Coronel Lucio Gutiérrez que llegó con financiamientos ilícitos de Taiwan, otras fuentes financieras oscuras, incluyendo un narcotraficante, y el apoyo directo de Washington a la Presidencia del país, logró la investidura de la Señora Arteaga como Secretaria General de la OTCA, ante el estado generalizado de amnesia de la diplomacia suramericana.

Desde entonces, ha sido uno de los Presidentes más dóciles al servicio de Washington, tal como volvió a demostrar con su decisión de convertir la base aérea de Tena en una importante base de apoyo aéreo al Plan Colombia de Bush-Uribe, y de enviar 4000 soldados adicionales a la frontera con Colombia, para cooperar con el plan de yunque-martillo del Comando Sur de Estados Unidos.

En lo interno se destaca por el uso de métodos de guerra sucia contra disidentes, como las amenazas de muerte contra su ex mano derecha, el Coronel Patricio Acosta; el asalto a la oficina del ex Comandante del Ejército ecuatoriano y miembro del Grupo de Monitoreo del Plan Colombia, el General René Vargas Pazos; las amenazas públicas contra periodistas y un golpe de Estado jurídico contra las Supremas Cortes de Justicia del país.

Es necesario prestar más atención a América Latina, "el continente de la esperanza", afirmó Rosalía Arteaga durante la firma del Acuerdo en la capital estadounidense y ofreció los buenos servicios de la OTCA "para la resolución de conflictos, si es necesario". No estaría mal que la Doctora empezara en su país natal, donde decenas de miles de ecuatorianos tratan vanamente de obtener justicia ante las destrucciones ecológicas causadas por la Chevron Texaco, problema en el cual la OTCA y su Jefa han brillado por su ausencia.

O podría empezar también con el reclamo de la Unión Europea que a finales del 2004 se quejó públicamente, de que el gobierno del Coronel Lucio Gutiérrez haya sido incapaz de "utilizar un solo euro" de los 17 millones de euros, equivalentes a 21 millones de dólares, que ha donado para proyectos medioambientales en las provincias fronterizas de Esmeraldas, Carchi y Sucumbios. Da la casualidad que la capital de la provincia amazónica de Sucumbios es Nueva Loja, donde se realiza el juicio contra la Chevron Texaco, con abogados ecuatorianos y estadounidenses que tienen que autofinanciar su trabajo y con miles de dañados que no disponen de ingresos para vivir dignamente. ¿No sería bueno que la OTCA ofreciera sus buenos servicios de "conflict solutions" para descongelar algunos de esos 17 millones de euros para las víctimas ecuatorianas?

La doctora aprovechó su estancia en Washington, sin embargo, para hacer una aportación sustanciosa al desarrollo de la geofísica. Inspirada, probablemente, por el "año de Einstein", ofreció un nuevo teorema sobre el origen de los Tsunamis en Asia: "Todo lo que hacemos en la Amazonia afecta a los cambios climáticos e influencia los Tsunamis en Asia." Que la deforestación amazónica incide sobre el clima, lo sabíamos. Pero que afecta también el movimiento de las placas tectónicas del globo es una tremenda novedad científica. Felicidades.

¿Cuándo actuarán las cancillerías sudamericanas?

El hecho de que las cancillerías sudamericanas le permiten a la OTCA hacer Acuerdos internacionales como el de Arteaga-Einaudi, es un escándalo. Es un escándalo ante los pueblos sudamericanos que son los verdaderos dueños de la Amazonia. Einaudi no es más que un funcionario estadounidense Monroeista, que en forma de Interinato llena una vacancia temporal en la Secretaria General de la OEA, originada por la destitución-renuncia del costarricense Miguel Ángel Rodríguez por alegaciones de corrupción, en octubre del 2004.

Rosalía Arteaga, a su vez, es delegada de un Presidente que llegó al poder de manera ilegal e ilegítima y cuyo gobierno hoy día está moribundo. Las Fuerzas Armadas se han declarado neutrales ante la crisis en que se encuentra Gutiérrez, el Tribunal Electoral investiga sus financiamientos ilegales, el Congreso rechaza realizar el referendo popular que solicita y su descrédito público es generalizado.

Ambas entidades, la OTCA y la OEA, se encuentran, por lo tanto, en una situación de excepcionalidad institucional que abre inquietantes interrogantes sobre su representatividad y la legitimidad de sus decisiones. Ante tal situación los Estados miembros de la OTCA deberían paralizar las negociaciones de acuerdos trascendentales de tipo Arteaga-Einaudi, hasta que las respectivas institucionalidades hayan sido restituidas plenamente.

Tres incógnitas quedan en el camino:

[fuente]
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=13166
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=13264

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