¿Estado de Derecho o Estado de Derecha?

Quincenario Tintají (Edición Especial de Fin de Año)

Quito, 15 de diciembre de 2004

 

Editorial

Tenemos que regresar al estado de derecho, dijo Cinthia Viteri. Está en juego la democracia, dijo León Febres Cordero. Si no se rectifica el cambio de la Corte, podemos dejar de participar en las negociaciones del TLC (Tratado de Libre Comercio), dijo Blasco Peñaherrera Solah. Fíjese lo que puede ocurrir si los empresarios salen de las negociaciones del TLC con Estados Unidos, dijo Paco Moncayo, preocupado porque finalmente no se firme el tratado e indirectamente mostrándose a favor del acuerdo. Y a reglón seguido todos reclaman por la sociedad civil, porque para lograr vencer en esta guerra necesitan gente movilizada en las calles. ¿Quién puso a Fabián Alarcón luego que movilizada la gente se destituyó a Bucaram y el Congreso dentro del Estado de Derecho lo declaró loco provocando risa a nivel internacional? ¿Loco? Loco de vivo. ¿Quién hizo entrar a la presidencia a Gustavo Noboa por la ventana (además de la embajada estadounidense) y logró que el Congreso dentro del Estado de Derecho reunido en Guayaquil aceptara una renuncia imaginaria de Jamil Mahuad, después que el vicepresidente ya había sido posicionado en el Ministerio de Defensa? No es difícil adivinar. Y las movilizaciones fueron instrumentalizadas por sectores de poder que han sabido moverse en las sombras.

Pero además de clamar por la imaginaria sociedad civil, Febres Cordero ha decidido elogiar al vicepresidente, Alfredo Palacio, intentando crear la imagen de un posible substituto de Lucio Gutiérrez. Pero como sabe que es necesario que la oposición contra el gobierno (forjada por él, el Partido Social Cristiano, la Izquierda Democrática y las Cámaras), se conozca a nivel internacional ha decidido pagar el pasaje en avión de Quito a Guayaquil de los corresponsales extranjeros para que participen en una conferencia de prensa dirigida por él. Necesita una caja de resonancia en el exterior y la está buscando. Hasta el momento las escaramuzas del Estado de Derecho no tienen ningún interés en el exterior. Febres Cordero, Lucio Gutiérrez, Guillermo Landázuri, Abdalá Bucaram y Alvaro Novoa no representan nada a nivel informativo internacional, y mucho menos el Estado de Derecho. Sólo cuando ha existido una gran movilización indígena, o cuando cae un presidente, las escaramusas del Estado de Derecho son noticia internacional. Tal vez si cayera Gutiérrez o fuera preso Febres Cordero por las violaciones a los derechos humanos cometidas durante su gobierno, la noticia sea tenida en cuenta internacionalmente.

El nombramiento de la Corte Suprema de Justicia es sólo una excusa en la guerra de intereses. El Estado de Derecho en Ecuador ha sido y es Estado de Derecha, y seguirá siéndolo. Quien ha salido herida de muerte de estas escaramuzas del Estado de Derecha es la izquierda que sigue sin rumbo y sin presentar ningún tipo de alternativa. Pachakutik corrió atrás del Partido Social Cristiano y la Izquierda Democratica vendiendo sus principios al apoyar un método de elecciones que iba contra las minorías, sólo porque le favorecía a su alianza electoral con la Izquierda Democrática en Pichincha y asumiría la segunda vicepresidencia del Congreso el próximo 5 de enero.

Pero se le viró la tortilla, perdieron su segunda vicepresidencia y ahora se desgaja poco a poco. Y así seguirá si no hay una profunda reestructura interna que cambie la mirada política de ese movimiento. El Partido Socialista y el Movimiento Popular Democrático decidieron ir atrás del gobierno para conseguir algunos nombramientos en el Estado dejando de lado su discurso y actitud independiente y, por supuesto, la ética. Unos y otros a su momento, han sido funcionales al Estado de Derecho y al Estado de Derecha.

Tal vez la actitud más sabia en la coyuntura que vive el país, es la tomada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, al mantenerse totalmente independiente de las escaramuzas del Estado de Derecha. Ni con Gutiérrez ni con Febres Cordero.

Que Gutiérrez y Febres Cordero muestren las cartas que tiene debajo de la manga. Que el gobierno, junto al referéndum de su tan mentada reforma política consulte si los/as ecuatorianos están de acuerdo con la firma del TLC. Que Gutiérrez antes de continuar su pelea personal con Febres Cordero, asuma una actitud seria y establezca una Comisión de la Verdad integrada por personas verdaderamente independientes y comprobadas por su ética, a partir de organizaciones defensoras de los derechos humanos, que investigue las violaciones a los derechos humanos en el gobierno del ex presidente.

Para no ser funcionales al Estado de Derecha hay que mantener y profundizar la recolección de firmas contra el TLC. Nada nos puede distraer de esa tarea fundamental. Conseguir las firmas es la muestra más clara de poder que se puede dar desde los movimientos sociales. Las firmas pueden ser el mejor respaldo no sólo para realizar el referéndum contra el TLC sino para iniciar un camino de unidad hacia los cambios que el país necesita. Las firmas serían un golpe al Estado de Derecha. Movilizarse de un lado o del otro de los que están en disputa hoy es ser instrumentalizados. Incluso decir que es necesario movilizarse contra Gutiérrez y Febres Cordero a la vez, es otro cuento y quienes dicen eso, también son utilizados.

Lo que se esconde detrás de esta escaramuza del Estado de Derecha no es solamente el control del Estado, sino que hay poderosos intereses económicos. Los "analistas" siguen subestimando la capacidad de acción de Lucio Gutiérrez, y simplifican las cosas diciendo que es manejado por Bucaram desde Panamá, asumiendo así las palabras de Febres Cordero. Si hay algo de verdad en la relación Gutiérrez – Bucaram es la mutua utilización. Gutiérrez ha demostrado con sus acciones, sus alianzas, sus movidas, ser mucho más inteligente que Bucaram y Mahuad para moverse en el lodo político y mantenerse en el gobierno. Ha sabido realizar las alianzas adecuadas en cada momento que lo necesitó.

Colocó ministros necesarios a sus fines en los instantes precisos. ¿O será que a Raúl Baca lo nombró Bucaram? Baca cumplió el papel de aplacar los ánimos cuando Gutiérrez lo necesitaba, ahora es un momento para alguien con otro carácter como Damerval. Pero seguramente Gutiérrez no va a permitir que venga Bucaran hasta pocos meses antes de acabar su mandato porque sabe que éste en Ecuador puede robarle la película y la idea parece ser que se la robe al PSC y a la ID en las elecciones de 2006. ¿Qué dirá Alvaro Novoa que también está en la alianza y quiere ser presidente? ¿O será que Bucaram piensa apoyar a Novoa en las próximas elecciones?

Los analistas tampoco han sabido interpretar que muchas veces la ambigüedad de Gutiérrez es también una estrategia. Un ejemplo claro es el de la posible inmunidad para los soldados estadounidenses. Al ser presionado por la Embajada de Estados Unidos para que dé la inmunidad, y por sectores de las fuerzas armadas para que no la dé, él le tira la pelota al Congreso.

Este en lugar de realizar un exhorto contra la inmunidad, dice a través de Carlos Vallejo, presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales, que primero debe pronunciarse Gutiérrez. Parece no darse cuenta que sólo un exhorto contra la inmunidad enterraría este tema tan peligros para el país. Gutiérrez no quiere firmar la inmunidad pero tampoco quiere quedar mal con la Embajada, que parece estar cansándose de la ambigüedad y ya comienza a presionar con otros métodos.

Así es la historia, y tal vez peor...

 

[nota]
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