Asamblea de la OEA: Más allá de los discursos oficiales

Eduardo Tamayo G.

Agencia Latinoamericana de Informacion - ALAI

Quito, 7 de junio de 2004

 

La prensa da cuenta que la salida al mar de Bolivia, la situación política en Venezuela, los nuevos mecanismos para la lucha contra la corrupción y la elección de Miguel Angel Rodríguez como nuevo secretario general, son algunos temas principales que abordó la XXXIV Asamblea Ordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA) que se desarrolló del 6 al 8 de junio en medio de protestas de los movimientos sociales.

Fuera de las agendas, declaraciones y fotos oficiales, hay muchos acontecimientos ocultos, que pasan desapercibidos, no se les presta mayor atención y son poco o casi nada difundidos. Veamos algunos de ellos.

Los costos

Este tipo de eventos internacionales cuestan mucho dinero. Para que la Asamblea de la OEA se realice en Quito, el gobierno del Ecuador, presidido por el Coronel Lucio Gutiérrez, tuvo que desembolsar 1 millón 350 mil dólares. Una cantidad excesiva para un país pequeño como Ecuador y con niveles de pobreza que alcanzan al 80 por ciento de la población. Pero esto no le preocupa al Coronel pues acaba de gastar más de 5 millones de dólares en el anacrónico concurso Miss Universo. El gran justificativo fue que con este evento el Ecuador estaba promoviendo el turismo y vendiendo la "marca país" (como si un país pudiera venderse como un jabón, una pasta dental o un automóvil). En la práctica, quien se llevó la parte del león -en metálico- fue el magnate Donald J. Trump, dueño de la National Broacasting Company (NBC) -quien cobró una franquicia de 5 millones de dólares por el concurso de Miss Universo- y unos pocos hoteles de lujo. Y en el caso de la Asamblea de la OEA, uno de los grandes beneficiados es el Suisse Hotel, sede de la reunión.

La seguridad

Una de las razones de ser de la OEA, según sus principales voceros, es la defensa de la democracia (entendida como democracia que comienza y termina con el voto). Pero mientras se habla de democracia, el pueblo, la gente común, la gente de la calle tiene que estar lo más lejos posible de este tipo de eventos. De ahí que cientos de policías establecieron un cerco de varias cuadras a la redonda para que nadie perturbe a los diplomáticos que cabildeaban. Los policías de élite se encargaron de reprimir las manifestaciones, arrastraron por el suelo a un joven y rompieron los equipos de un fotógrafo. Pero la cosa no quedó ahí. Lo que más sorpresa e indignación causo fue que los policías ecuatorianos ahora obedecen las órdenes de los guardaespaldas de Collin Powell, secretario de Estado de Estados Unidos. El 7 de junio, mientras éste último salía de una reunión con "jóvenes líderes" del edificio de CIESPAL, al norte de Quito, un grupo de mujeres se apostó en las afueras portando fotos de las agresiones de solados norteamericanos a los prisiones iraquíes, entonces los guardaespaldas de Powell ordenaron a los policías ecuatorianos que desalojaron a las mujeres para que el funcionario no mirara las fotos ni escuchara los gritos de "asesino". Los policías ecuatorianos cumplieron la orden. Nada raro, por otro lado, en un país colonizado, donde los jefes policiales de la frontera norte limítrofe con Colombia rinden cuentas a la embajadora de Estados Unidos, Kristie Kenney.

Las protestas

La Asamblea de la OEA se realizó en un país convulsionado y en crisis. Mientras los precios del petróleo ocupan los techos más altos y el Ecuador recibe grandes ingresos, crece la pobreza y el desempleo, porque la mayor parte de esos recursos están destinados a cubrir el servicio de la deuda externa. A ello se suma la subordinación absoluta del gobierno de Gutiérrez a la política de Estados Unidos, potencia empeñada en involucrar a las Fuerzas Armadas ecuatorianas en la contención de los movimientos guerrilleros colombianos. Mas todavía: la imposición de un tratado de libre comercio que negocian, por un lado, Ecuador, Colombia y Perú, y por otro Estados Unidos, agudizará la crisis, especialmente de los pequeños productores agrícolas. Todo esto, ha llevado al movimiento indígena a organizar un levantamiento popular que comenzó el 7 de junio y que se propone presionar por la salida del presidente Gutiérrez al cual acusan de incapacidad, incoherencia, corrupción y traición. Un día antes, sin embargo, el Frente Popular (profesores públicos, estudiantes, etc.) organizó una manifestación a la sede de la OEA que fue reprimida con gases lacrimógenos por la policía. El lunes 7, indígenas, sindicatos, jubilados, militares retirados, afiliados al seguro social campesino organizaron varias manifestaciones que también fueron reprimidas por la policía. Los dirigentes sociales entregaron una carta dirigida al secretario saliente de la OEA, César Gaviria, en la cual denuncia las "políticas neoliberales y fondomentaristas del gobierno" y rechazan el ALCA, el TLC con Estados Unidos, el Plan Patriota y otros proyectos belicistas en la región.

La corrupción

Uno de los asuntos que se discutió fue la adopción de nuevos mecanismos para combatir la corrupción, que es considerado como el flagelo de la región. El tema fue propuesto por el país anfitrión, Ecuador, pero, según varios analistas, el gobierno, que ha sido acusado de nepotismo y de financiar su campaña con fondos de dudosa procedencia, no tenía autoridad para plantearlo. "El burro hablando de orejas", fue lo que dijo un activista de los derechos humanos en el encuentro de varios cancilleres con la sociedad civil el domingo 6 de junio, mientras el canciller ecuatoriano, Patricio Zuquilanda, no sabía donde meterse. Pero a más de este hecho anecdótico, la Coalición Internacional de Organizaciones para los Derechos Humanos en las Américas, solicitó a los Estados miembros de la OEA que "en el concepto de corrupción se incluya el uso abusivo del poder como fuente de violación de derechos humanos y generador de impunidad". ¿Estarán dispuestos algunos gobiernos a ponerse la soga al cuello?

El tema indígena

El presidente del Parlamento Indígena de América (PIA), el diputado indígena ecuatoriano Ricardo Ulcuango, solicitó a la OEA el domingo 6 acoger los tres proyectos de Resolución que tienen que ver con el Programa Continental de Alfabetización Integral desde los Pueblos Indígenas, el reconocimiento político del PIA y la adopción de la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Proyectos que fueron presentados con anterioridad a través de la cancillería ecuatoriana.

"Las democracias tienen que transformarse cualitativamente para responder y beneficiar a las necesidades de las grandes mayorías de los pueblos, dejando atrás estas mal llamadas democracias que no hacen sino responder a los intereses de grupos cerrados y de las transnacionales quienes devoran nuestra naturaleza y nuestras economías con imposiciones económicas como las del FMI, BID, BM o con ALCA y TLC; en desmedro de los derechos humanos y colectivos de niños, mujeres, indígenas, negros, obreros y campesinos empobrecidos que padecen miseria en nuestro continente", dijo Ulcuango.

El nuevo Secretario General

Finalmente unas palabras sobre el nuevo secretario general, el costarricense Miguel Angel Rodríguez, que fue elegido por unanimidad para los próximos 5 años, en reemplazo de César Gaviria. La información oficial destaca de que es un "exitoso empresario y político" de filiación socialcristiana, que fue Presidente de Costa Rica. No es ningún secreto, sin embargo, que para ocupar este cargo, cualquier candidato, debe ser muy cercano a las políticas de Estados Unidos que es el que impone, en última instancia, las decisiones en la OEA. Y en esto, el Dr. Rodríguez tiene méritos de sobra, pero además tiene otros "atributos" que lo hacen merecedor de la confianza de Washington: es crítico de Cuba, partidario de las privatizaciones y del "libre mercado". Es decir, el hombre ideal para que la OEA continúe siendo, como decía el Che Guevara, el "ministerio de colonias" de Estados Unidos.

 

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