Papallacta: un año de contaminación

Diario El Comercio, edición digital

Quito, 8 de abril de 2004

 

Una colonia de patos se instaló en el borde sur de la laguna de Papallacta. Las aves llegan, generalmente, por las tardes volando bajo y emitiendo su graznido característico.

En todo el contorno ya no se encuentran huellas del crudo que se vertió en el río Sucus y que llegó hasta la mitad del lago. Dos barreras flotantes marcan el trabajo de los obreros de la empresa Ecuavital, la cual se encarga de la remediación del derrame.

Hasta hoy, dos obreros de Ecuavital succionan, con la ayuda de un bote de fibra de vidrio y una bomba, los sedimentos con crudo para luego filtrarlos en una pequeña planta ubicada en un costado. Según Iván Aveiga, gerente de Ecuavital, la presencia de los patos es un signo de que la laguna está recuperándose.

El contrato firmado entre Ecuavital y Petroecuador finalizará el 28 de mayo, pero Aveiga señala que todo el trabajo está terminado. "Ahora solo revisamos la obra y hacemos ajustes pequeños, la mayoría se hizo a mano: cada piedra del río se lavó con un cepillo de alambre. En 15 días entregaremos todo a Petroecuador".

Sin embargo, para la Empresa Metropolitana de Agua Potable y Alcantarillado (Emaap) aún el agua no es apta para ser utilizada en las plantas de potabilización de Quito.

La Emaap pedirá una auditoría ambiental

A pesar de que el trabajo de limpieza del derrame de crudo está terminado, según Ecuavital, la Empresa Metropolitana de Agua Potable y Alcantarillado (Emaap) no está satisfecha con los resultados.

La Emaap ratificó que no utilizará el agua de Tumiguina (que se alimenta de las filtraciones de Papallacta) hasta que se compruebe su estado.

Juan Rivera, gerente de Mantenimiento de la Emaap, indicó que pedirán una auditoría internacional de los trabajos de remediación cuando Petroecuador entregue la laguna de Papallacta. "Ellos (Petroecuador) se comprometieron a limpiar el lago y dejarle en las mismas condiciones que tenía antes del derrame".

Iván Aveiga, gerente de Ecuavital, dijo que solo esperan los resultados de los análisis para entregar el trabajo. Rivera añadió que no conocen con certeza la situación del lago, pues "en los informes de Petroecuador no se indican los correctivos que se aplican ni los resultados de los análisis realizados en el agua".

La preocupación del técnico de la Emaap se debe a las altas concentraciones de arsénico (un metal letal si se ingiere) registradas en la laguna.

De acuerdo a los últimos análisis efectuados del líquido, por varios laboratorios y la Gerencia de Protección Ambiental de Petroecuador, la concentración de arsénico es tres veces más que la permitida por las normas ecuatorianas. Según la Emaap, esto se debe en parte a la remoción de los sedimentos que fueron parte de los trabajos de remediación de la empresa Ecuavital.

Rivera puntualizó que deben esperar para determinar si el arsénico se deposita nuevamente en los sedimentos. No obstante, Aveiga indica que el incremento en la concentración de arsénico es fruto de las aguas termales que alimentan el lago y no a los trabajos de su empresa.

El vertido en cifras

El petróleo

De acuerdo con los informes de Petroecuador, en la zona de Papallacta se vertieron 22.000 barriles de crudo. Pero las ONG ambientalistas señalan que el derrame fue el doble.

Los trabajadores

Durante las labores de remediación ambiental, Ecuavital empleó a 120 personas. En estos días solo trabajan 30 obreros.

Las inspecciones

Un grupo de tres fiscalizadores de Petroecuador vigila el desarrollo de la limpieza.

El agua tratada

Durante la remediación se instalaron cinco filtros de carbón activado y piedra pómez.

 

[fuente]
http://www.elcomercio.com/noticias.asp?noid=90485

 

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