ONU: Ecuador, un país con inequidades

Diario El Universo, edición digital

Guayaquil, 8 de noviembre de 2003

 

Aunque actualmente los ecuatorianos pueden vivir quince años más que en 1960 y los niños menores de 1 año tienen mayor esperanza de vida, Ecuador es un país con falta de equidad, según el último informe (difundido este año) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)

El análisis concluye que las cifras sobre el progreso nacional (crecimiento económico) "esconden las desiguales oportunidades que tiene la población para su realización personal".

Por ejemplo, las oportunidades para los jóvenes dependen de la situación económica de sus hogares, su sexo, su origen cultural y racial; y de la región donde vive. El acceso a servicios y trabajos de calidad es limitado para los pobres y quienes viven en el campo.

Pobreza

A finales del 2001, el 44% de los ecuatorianos no tenía ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas, menciona el informe de las Naciones Unidas. La pobreza es mayor en el campo: ese mismo año, el 62% de quienes vivían en el campo no podía cubrir sus requerimientos mínimos.

La distribución de la riqueza en el país es más desigual que hace una década: "entre 1989 y 1998 la proporción de ingresos que concentra el 20% más rico de los hogares se incrementó del 49% al 54%".

Quienes más privaciones sufren en el Ecuador son las mujeres que viven en el campo. Ellas tienen menos representatividad pública (31% de puestos ejecutivos y 25% de cargos locales de elección popular) y su trabajo es mal remunerado.

El informe resalta que los indígenas y negros del país no tienen igual acceso a servicios. Los niños y adolescentes son más vulnerables a la pobreza (en el 2000, el 63% de los menores de 18 años no podía satisfacer sus necesidades básicas)

Exclusión

Aunque luego de la crisis económica de 1999 la economía ecuatoriana ha empezado a crecer nuevamente, serán necesarios varios años para que el país vuelva a los niveles de producción anteriores a 1998, sostiene la ONU.

Identifica dos obstáculos para el crecimiento: el país depende aún de los recursos naturales y el mercado de trabajo es mal remunerado y tiene baja productividad.

El organismo concluye que el modelo de desarrollo que se aplica en el país contribuye a la exclusión. "La economía tiene poca capacidad para generar empleo productivo" y la emigración es una salida al desempleo.

Las exportaciones se concentran en productos tradicionales, el sistema financiero no cumple a cabalidad su función de intermediario de recursos hacia las actividades productivas, y la deuda limita la reactivación.

El actual modelo impide que el Estado destine mayores recursos a la obra pública y al gasto social.

Sin identidad

La ONU describe así a la sociedad ecuatoriana: "segmentada, con una débil identidad nacional y dificultades para definir objetivos colectivos". Las causas, según el organismo, son el sistema político, los gobiernos locales y nacional y la administración de justicia.

El primero se caracteriza por un aparato público incapaz de atender las demandas sociales, partidos políticos que no median entre la sociedad y el Estado y la prevalencia del interés particular.

Los gobiernos locales en el Ecuador adolecen de falta de capacidad técnica y de gestión. Pese a que hay experiencias exitosas de descentralización, estas no se han reproducido.

Un punto positivo: "Durante la última década, surgió más del 50% de las ONG y el 30% de las organizaciones populares".

En el país, la población no tiene acceso oportuno y equitativo al sistema judicial, que se caracteriza por la lentitud, la parcialidad de los jueces, la inoperancia policial, las bajas remuneraciones, la débil formación de personal y leyes confusas.

Discriminación

En los últimos años, la población indígena y negra ha logrado avances en el reconocimiento de sus derechos, pero en el Ecuador todavía prima una cultura que desconoce las potencialidades de otros grupos étnicos.

Para la ONU existe una cultura mayoritaria "que ha tendido a asumir una identidad nacional única: la mestiza".

Las prácticas discriminatorias se vuelven cotidianas y no afectan, solamente, a las minorías étnicas o raciales. No existe, en el país, un acceso equitativo de hombres y mujeres al poder y a las oportunidades. "Las prácticas o políticas institucionales que excluyen a las mujeres son evidentes en el mercado de trabajo".

La educación juega un papel fundamental en la reproducción de esta cultura. Su calidad es deficiente.

El organismo observa con preocupación el crecimiento de la violencia en espacios públicos, instituciones y hogares. El número de homicidios ha aumentado en la última década. Y "la acción ciudadana para eliminarla ha sido insuficiente".

 

Fuente: http://www.eluniverso.com/

 

Portada |  Organizaciones |  Comunicados |  Noticias