Los Shuar se oponen a la explotación minera

Diario El Comercio, edición digital

Quito, 6 de octubre de 2003

 

Redacción Sucumbíos

Los indígenas aseguran que la empresa Terrígeno Bermeja inició sus operaciones hace 15 días sin autorización.

La concesión de 656 hectáreas de tierra del Ministerio de Energía y Minas a la explotación minera enfrenta hoy a los indígenas Shuar y a una empresa dedicada a esta actividad en el cantón Cascales.

Los indígenas están sorprendidos con la presencia de la empresa Terrígeno Bermeja, que inició sus primeras operaciones en la zona.

Los lugareños manifiestan que la empresa nunca consultó a la comunidad sobre las obras que se iban a realizar. "No es posible que entren en nuestro territorio sin que exista un diálogo con la comunidad" dijo Gabriel Saant, un dirigente del Centro Shuar Taruka. Comentó, además, que la empresa que pretende explotar las minas de oro, situadas en el territorio Shuar inició sus actividades hace 15 días.

Uno de los voceros de la empresa Terrígeno Bermeja que maneja la maquinaria pesada admitió que tienen problemas con la comunidad. Sin embargo, aseveró que está en marcha un proceso de diálogo.

Confirmó que la empresa aceptó suspender sus labores hasta que los ejecutivos de la empresa y los indígenas terminen las negociaciones.

Gabriel Taant, uno de los dirigentes de la comuna de Etza, donde habitan 11 familias Shuar, aseguró que la empresa minera ofreció trabajo a algunos comuneros de la zona.

Su objetivo, dice, es garantizar sus operaciones en el área.

El dirigente señaló que hace unos días recibieron una memoria técnica de los trabajos que se ejecutarán. Según este documento, firmado por el consultor Edgar Pillajo, el área de operaciones de esta empresa está localizada entre las comunas Taruka y Etza.

En esta zona de la Amazonia habitan actualmente alrededor de 150 indígenas shuar.

Luis Entsakua, Presidente del Centro Shuar Bermejao:

"Los mineros tienen que respetar los territorios donde habitamos los indígenas y están en la obligación de realizar un proceso de diálogo y consulta previa. No nos oponemos a este tipo de actividades siempre y cuando exista transparencia y respeto por la organización. No toleraremos cualquier intento de intervenir por la fuerza y menos si intentan romper nuestra convivencia armónica. Es cierto que la actividad minera ofrece oportunidades de trabajo temporal para algunos comuneros, pero eso no suple nuestros sentimientos que tenemos hacia la tierra. No queremos que nuestros hijos jueguen mañana en espacios perforados".

 

Fuente: http://www.elcomercio.com.ec/noticias.asp?noid=74835

 

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