Los huaorani piden una demarcación de áreas

Redacción Puyo.

Diario El Comercio, edición digital.

Quito, 11 de junio de 2003

La zona intangible de los tagairi-taromenane está desprotegida del Estado. Su "creación, en 1999 y mediante el Decreto Ejecutivo 552, no se ha traducido en acciones efectivas de protección por parte del Estado, asegura Pablo Ortiz, funcionario de la organización ecologista Amazanga.

La zona intangible de estas comunidades, que no tienen contacto con la sociedad nacional, está en 236 729 hectáreas en territorio huaorani. Ahí no se permite ninguna actividad externa (turismo, investigación, explotación petrolera o maderera). Aunque el presidente de la Organización de Nacionalidades Huaorani de la Amazonia (Onhae), Armando Boya, dice que "las madereras no la respetan".

Con esta afirmación coincide Rommel Lara, consultor de la fundación ambientalista Ecociencia. Esta organización participó en la elaboración de un estudio del territorio huaorani y en la formulación de un plan para su manejo.

En medio del conflicto suscitado por la matanza de 16 indígenas, presumiblemente taromenane, representantes de la Conaie y de la Confederación de Nacionalidades de la Amazonia (Confeniae), decidieron, el pasado 3 de junio, "demandar al Gobierno la conformación de una comisión técnica para demarcar definitivamente la zona intangible".

La demarcación permitirá la aplicación de la Propuesta de Zonificación Preliminar del Territorio Huaorani elaborada por la Onhae y Ecociencia. Según ese plan, los huaorani se comprometen a respetar la zona intangible y a hacer un uso racional de su territorio.

Junto a la zona tagairi-taromenane, se reserva un área de amortiguamiento (369 239 hectáreas), para disminuir el impacto de las actividades humanas sobre la zona intangible.

Solo se permiten actividades tradicionales de cacería y recolección y algunas de turismo e investigación, pero controladas y organizadas. Se descarta toda exploración petrolera, maderera y minera, entre otras.

Una zona externa (de 77 317 hectáreas) incluye las zonas de conflictos entre pueblos, de presión de los colonos, de extracción de madera y de conservación, entre otras.

También se establece una zona de uso intensivo comunitario, de 8 121 hectáreas. Ahí están ya asentamientos humanos y hay infraestructura turística. Pero la idea es hacer un uso controlado de los recursos.

El plan prevé una zona de recuperación de 11 034 hectáreas, en un sitio donde existe un fuerte impacto ambiental. Las comunidades quieren desarrollar allí proyectos de reforestación. Y se delimitó una zona de 14 868 hectáreas, junto a las vías Maxus, Auca y Gareno. La última región comprende 77 317 hectáreas y servirá para disminuir el impacto de actividades externas. Incluye las regiones de conflicto entre los pueblos, las áreas de mayor presión de colonos y de extracción de madera...

La Onhae "quiere conservar el territorio y la biodiversidad, porque nuestros abuelos nos dejaron tierras sanas y buenas con aire puro y riqueza natural. Tratamos de mantenerlo de la misma forma, porque algún día nuestros hijos y nietos tengan el mismo derecho que hemos gozado nosotros", dice Boya.

Fuente: http://www.elcomercio.com/noticias.asp?noid=63742

 
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