El OCP le cambió la cara a Guarumos





Diario El Comercio, edición digital.

Quito, 20 de Mayo de 2003.




El Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) está totalmente enterrado en la arista de Guarumos, ubicada en el Bosque Protector de Mindo-Nambillo. Sobre el suelo del estrecho filo de montaña, un sendero de madera flanqueado por cuerdas plásticas como pasamanos marca la ruta.

Al inicio de la cuchilla, en el lugar donde antes estaban los árboles, en los cuales los ecologistas instalaron sus plataformas de madera, ahora se yerguen las torres de acero del cable carril. Este es una especie de teleférico, con una capacidad de carga de hasta seis toneladas, que se utilizó para transportar los materiales y herramientas necesarios para la construcción del ducto.

En la loma de Guarumos, el derecho de vía, el sitio autorizado para colocar el oleoducto, tiene un ancho entre siete y nueve metros. Allí, casi todo el tubo está bajo tierra y sobre la superficie se plantaron varias especies vegetales como cola de conejo, porotillo y gualea.

Para esta zona, OCP presentó un plan de revegetación y reforestación. El compromiso de la empresa es restituir, "de la forma más similar posible", las condiciones anteriores al paso del OCP. Esta revegetación debe completarse en un 80 por ciento para que el Ministerio del Ambiente la apruebe.

El personal de Techint, la empresa que construye el OCP, se encarga de cubrir los últimos tramos del tubo y reparar los daños ocasionados por los deslizamientos continuos de tierra. Los deslaves son el principal peligro en la zona, pues el sitio por donde pasa es frágil. Y si se añade que el OCP cruza por una ladera casi vertical, el riesgo de que sucedan desprendimientos es mayor.

Una muestra de esta fragilidad se produjo hace un mes, en el kilómetro 283, en el sitio llamado El Castillo. En este lugar, parte de la loma se desprendió y dañó una sección del camino antiguo a Mindo.

En otros sitios, las huellas de los deslizamientos están a la vista. En estos puntos, Techint realizó varios trabajos como la construcción de muros de gaviones con anclajes, la colocación de sacos de tierra o con una mezcla con cemento.

Parte de las medidas adoptadas por la constructora es la colocación de mallas para evitar más derrumbes. En algunos tramos se aprecian las laderas cubiertas con una clase de tela verde, conocida como geomalla, que sirve para ayudar a que las plantas fijen sus raíces.

Los deslizamientos son la mayor preocupación del Ministerio del Ambiente y los ecologistas. El grupo Acción por la Vida de Mindo difundió un vídeo que muestra los efectos del OCP desde un helicóptero.

Según César Fiallo, vocero de Acción por la Vida, son 22 los derrumbes en el área del bosque protector. Esta agrupación mantiene un litigio por la posesión de parte de los terrenos que el ducto cruza.



Fuente: http://www.elcomercio.com.ec/noticias.asp?noid=61559




 
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