El Ejército decomisa armas de cacería a indígenas de Sarayaku





Diario El Comercio. Edición digital.

Quito, 22 de Enero del 2003




Redacción Puyo.

El decomiso forzoso de 12 escopetas de cacería a indígenas de Sarayaku, en Pastaza, por parte del Ejército, comprueba la tensa situación que viven las comunidades que están en conflicto por al explotación petrolera en la región.

El hecho se produjo a las 08:00 del lunes mientras los dirigentes indígenas de Sarayaku viajaban a Quito a una reunión con el Presidente de la República. El comandante del Fuerte Militar Amazonas, Rodrigo Rivas, explicó que el "suceso se produjo mientras personal del Batallón de Selva 49 patrullaba por el río Bobonaza en el sector donde se instaló un retén policial.

Este nuevo retén se ubica en la comunidad de Molino y apoya a la Compañía General de Combustibles (CGC) que opera el Bloque 23 en donde realiza la prospección sísmica.

Rivas relató que los militares interceptaron una canoa con aproximadamente 15 personas, a quienes les solicitaron que se orillen para una revisión de rutina. "El motorista aceleró la embarcación pretendiendo evadir el control, por lo que el personal militar actuó de acuerdo con los procedimientos para cumplir su misión" dijo el Comandante del Fuerte.

Según el informe del militar, una vez orillada la canoa, los militares revisaron la embarcación en la que se encontraron 11 carabinas, una escopeta chimenea, dos puñales y 25 cartuchos, dos de los cuales tenían incrustado un clavo.

Los militares solicitaron a los indígenas el permiso para portar armas. Los comuneros no tenían y el Ejército decomisó las armas a cambio de la entrega de un recibo firmado por Bernardo Santi. Desde Quito, el presidente de la Comunidad de Sarayaku, Franco Viteri, manifestó "que ese procedimiento demuestra que el Ejército actúa de una forma parcializada, pues, por ejemplo, no han decomisado las armas que tiene a vista de todos la comunidad de Molino".

Viteri agregó que los indígenas que iban en la canoa se dirigían a Sarayaku para lo cual tienen que pasar por Molino. El dirigente exigió la devolución de las armas, que son utilizadas para la caza, una actividad con la que alimentan a sus familias. Agregó que "todas las nacionalidades indígenas de la Amazonia tienen este tipo de escopetas".

Cristina Gualinga Cuji, profesora bilingüe de Sarayaku por 25 años, relató que la población vive en constante miedo tanto por la presencia de los militares y los guardias privados de la CGC.

Gualinga hizo notar que la CGC tiene la facilidad de trasladar a sus vigilantes y trabajadores en helicóptero, mientras que los habitantes de Sarayaku caminan por kilómetros y horas para vigilar los límites territoriales.

Sarayaku tiene puestos de vigilancia en Pan Duro, Shan Shan, Wichucachi y Capawui.


http://www.elcomercio.com/noticias.asp?noid=50095







 
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