Momento Actual del Movimiento Indígena





Nidia Arrobo Rodas
Fundación Pueblo Indio del Ecuador

Quito, 3 de Julio de 2001.



La crisis económica, etica y social que agobia a los ecuatorianos tiene connotaciones dramáticas y amenaza con deteriorar cada vez más la existencia de los pueblos indios y la supervivencia de los empobrecidos. Amenaza también con acelerar el incontenible éxodo de miles de angustiados compatriotas que desesperadamente tratan de buscar "mejores días" en Europa y EE.UU. Telón de fondo constituyen las exigencias fondomonetaristas -impuestas desde la década de los ochenta-; la globalización y las políticas neoliberales que con su sed de ganancias avanzan cual lobo hambriento buscando a quien devorar.

En este contexo, desde la década de los noventa, el movimiento indígena ecuatoriano se ha constituído en el referente movilizador que enfrenta este proyecto de muerte. En su accionar no sólo cuestiona el carácter neocolonial excluyente del estado uninacional sino que se ha convertido en el adalid de todas las demandas sociales, de todos los problemas vigentes, de todos los gritos de justicia.

Por su capacidad, tenacidad y fuerza organizativa el movimiento indígena entró en el escenario político y se convirtió en el principal actor social. El progreso más trascendental en el pensamiento político de los pueblos indígenas se expresa en la propuesta planteada al estado ecuatoriano para que se les reconozca su condición de nacionalidades, categoría histórica que fortalece y ensancha el horizonte de su lucha y devela la insuficiencia democrática del estado.

Pero la lucha indígena no se queda únicamente en planteamientos específicos. Los pueblos ancestrales de Ecuador, al constatar los perversos efectos y las devastadoras consecuencias de la globalización se han convertido en el Robinson Crusoe de la sociedad ecuatoriana y han optado por enfrentar la crisis en su globalidad. En el levantamiento de febrero pasado bajo el lema de "nada sólo para los indios" los pueblos originarios suscribieron una de las mejores páginas de la historia de las luchas sociales de Ecuador: obligaron al gobierno a sentarse en una mesa de diálogo -de igual a igual- y a rubricar un acuerdo nacional en el cual se reconoce "la existencia de conflictos históricamente no resueltos en la relación Estado - Pueblos Indígenas, y que el proceso de ajuste estructural genera impactos en los pueblos indígenas y sectores pobres del país" (1). Aspectos relevantes de los compromisos acordados en 23 puntos, para ser resueltos en mesas de diálogo y concertación, tienen que ver con los precios de los combustibles y el transporte, las medidas de ajuste económico, la reactivación del aparato productivo, con demandas concretas frente a las políticas fiscal, social, migratoria, financiera, comercial y monetaria, con exigencias definidas frente a la reforma Tributaria y de la Seguridad Social, con la regionalización del Plan Colombia y la presencia de la base norteamericana en Manta, con planteamientos alternativos frente a las privatizaciones, a la descentralizacion del Estado y con legítimas reinvindicaciones frente las apremiantes necesidades de las nacionalidades y pueblos indios.

Los pueblos indígenas del Ecuador han logrado así "impulsar un proceso de entendimiento y diálogo nacional permanente, orientado a tratar y generar políticas de estado para superar la histórica exclusión de los pueblos y las iniquidades generadas por el ajuste." (2). Se han creado mesas de diálogo que abren espacios de participación ciudadana, desde las cuales se pretende la construcción colectiva de las soluciones que el país demanda para así entablar un nuevo tipo de relación entre el estado y los pueblos indígenas.

Luego de cuatro meses de búsquedas y forcejeos en las mesas de diálogo no se percibe por parte del gobierno ecuatoriano ni sensibilidad ni voluntad política para cumplir los acuerdos firmados lo que demuestra su debilidad y poca capacidad de acción frente la crisis nacional. De ahí que, los pueblos indígenas han manifestado que no quieren dialogar de rodillas pues les asiste la justicia y el derecho, y tienen capacidad y fuerza moral para replantear creativamente las estrategias de su lucha frente a la actitud gubernamental y el caos generado por la globalización y el neoliberalismo.

Notas:

1) Acuerdo enrte las organizaciones indígenas, campesinas y sociales del Ecuador y el Gobierno Nacional.   (volver al texto)

2) Idem. Kito, 1 de julio del 2001.   (volver al texto)


FUNDACIÓN PUEBLO INDIO DEL ECUADOR






 
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